La palabra tuberculosis se origina de las palabras: bacilo tuberculoso (mycobacterium- tuberculosis). Médicamente, este mal es considerado un agente infeccioso ocasionado por una bacteria en forma de bastoncillos que fue descubierta por el alemán Robert Koch. Anteriormente, era una enfermedad muy extendida por el mundo y con un alto nivel de mortalidad. Sin embargo, hoy en día se ha erradicado gracias a una serie de medidas preventivas y terapéuticas. Solo en países con un nivel de pobreza extrema y obviamente por conflictos de alimentación graves, esta enfermedad, se hace presente. Asimismo, es considerable conocer que ha experimentado variaciones al presentarse. Estas tienen que ver con la edad y el sexo de los individuos afectados. Lo que significa que aunque sea más frecuente en mujeres, es mayormente predominante en los hombres debido a múltiples razones.
Síntomas de la tuberculosis
Es común ubicar esta enfermedad pulmonarmente, pero se puede presentar en otros lugares del organismo como la piel, el estómago, riñones. Incluso ésta puede alcanzar el cerebro, cuyas consecuencias son mortales. Es más terrible de lo que muchos pueden imaginar, y lo que es peor aún es que las personas no suelen alertarse ante los síntomas. Viéndolos como una simple enfermedad del cuerpo. Ante una posible manifestación de los siguientes eventos de salud se debe acudir al médico:
- Dolores en el pecho y tos persistente
- Conatos de secreciones desde los pulmones al toser y esputos con sangre
- Debilidad generalizada del organismo (fatiga, fiebres esporádicas, sudoración nocturna)
- Pérdida de peso y apetito
Tratamiento
Los tratamientos de esta enfermedad son variados y en función de sus tipos. Pero lo que tienen en común, es que deben ser aplicados en sanatorios o clínicas para enfermedades de los pulmones. Cada tratamiento es individual y adecuado a las necesidades de los pacientes desde el punto de vista quirúrgico. Sin embargo, hay medicaciones comunes en algunos casos como por ejemplo:
- Deben someterse a una alimentación adecuada
- Se debe reposar el órgano afectado
- Suministrar los antibióticos apropiados según su caso de tuberculosis
- Inyecciones para activar el sistema inmunológico
- No se puede olvidar que las vacunas son el tratamiento preventivo más eficaz
- Lavados de estómago si se quiere saber sobre la sospecha de tuberculosis activa.
Diagnóstico
Una vez que se sospecha sobre la posible contracción de una tuberculosis, se debe realizar una prueba que permitan especificar el tipo. Ya que, es bien sabido que existen tuberculosis: activas o latentes, entre otras mucho más graves que requieren de pruebas de índole cutánea.
La tuberculosis latente, también requiere de estudios de rayos X, los cuales permitirán ver las posibles afectaciones en los pulmones. Asimismo, existen maneras de diagnosticar la tuberculosis realizando pruebas de índole hospitalaria. Tales como: pruebas de resistencia pulmonar, pruebas de fuerza y evidentemente pruebas de laboratorio de tipo sanguíneas. Dentro de este tipo de diagnosis, muchas veces basta con saber que por las condiciones físicas de extrema delgadez o desnutrición, no es difícil presumir la presencia de esta enfermedad.