El balón intragástrico o gástrico, es un globo de goma que se insufla dentro del estómago por medio de una sonda. Esta sonda a su vez, es introducida por endoscopia a la cavidad gástrica. La endoscopia se realiza bajo una sedación y el balón de silicona se llena con suero, de aproximadamente 400 cc o más. El volumen se establece de acuerdo al grado de obesidad del paciente. Una vez inflado el balón gástrico, ocupara un espacio dentro del órgano, que le resta espacio en su capacidad. Este es el objetivo en sí, hacer menos grande el estómago, para el efecto de saciedad al comer.

Se constituye en un método menos invasivo y fácil de colocar para el tratamiento de la obesidad mórbida. Esto con respecto al que se ejecuta por medio de la intervención quirúrgica, llamada manga gástrica o engrapamiento del estómago. Por lo general es muy bien tolerado y requiere en todo caso, ciertas instrucciones para alimentarse e ir adaptándose a cada etapa. A continuación, exploraremos más a fondo el funcionamiento del balón intragástrico.

Cómo funciona el balón intragástrico

Balón intragástrico

El balón intragástrico en el tratamiento de la obesidad, llenado con suero por endoscopia, flota libre en el estómago una vez colocado. Se le da el tamaño en volumen, de acuerdo a la cantidad de suero filológico que exista en él. Según el grado de obesidad del paciente, podría tener entre 400 a 700 cc. Este balón no pasa al intestino delgado, su misión es ocupar espacio para lograr saciedad al momento de alimentarse. Se deberán restablecer algunos suplementos nutricionales en todo caso, ya que es un método restrictivo de control de la obesidad.

Balón intragástrico

La evolución del funcionamiento del balón intragástrico consiste en varias etapas a cumplir. La primera comienza desde la misma colocación y son las inmediatas 48 a 72 horas. Algunos especialistas que ejecutan el método, prefieren que el paciente permanezca ingresado esas primeras horas. Porque se presentará la reacción normal del organismo ante el cuerpo extraño intragástrico, que será la de rechazarlo. Ello ocurre mediante los síntomas, a veces acentuados, de nauseas, vómitos y malestar general con dificultad para comer.

La segunda etapa conlleva unos 6 a 8 meses de adaptación a una vida saludable, mediante dieta líquida al principio y luego hipocalórica. En esta etapa se evidencia la perdida rápida de peso, y más si se acompaña de ejercicio físico adecuado. Por último, en la tercera etapa, el método del balón intragástrico, pasa por la extracción del mismo una vez logrado el objetivo. Considerándose que el paciente, ha ajustado su modo de vida en dietética y ejercicios, mantendrá en el tiempo la pérdida de peso.

Resultados

El objetivo primordial de la colocación del balón intragástrico para el tratamiento de la obesidad es reacomodar los hábitos del paciente. Ya que este procedimiento tiene un lapso de tiempo que va entre la colocación y tal vez 8 a 12 meses después. La idea es que la persona pierda peso, pero que además modifique su estilo de vida, para conservarse luego del adelgazamiento. Con el balón intragástrico se pueden perder de 15 a 25 kilogramos aproximadamente. Los primeros kilogramos perdidos pueden representar solo agua y luego comenzar la perdida de grasa. La dieta inicial líquida tiene que ver con ello, y poco a poco se incorporan pures y dietas blandas hasta progresivamente hipocalóricas.Balón intragástrico

Los resultados satisfactorios se observarán, no solo por la acción del balón y la constancia del paciente sino también por los controles médicos. Es de importancia vital el acudir al nutricionista, psicólogo y cirujano bariátrico. El nutricionista debe ajustar a lo largo del tiempo la dieta, con los requerimientos apropiados. El psicólogo clínico manejar las inseguridades, ansiedad y depresión del paciente ante los cambios que se presentarán. Y el cirujano medirá la evolución en peso y posibles complicaciones a corto y largo plazo del método del balón intragástrico.

Existe un porcentaje de fracaso en este tratamiento anti obesidad como en cualquier otro método. Se ha estipulado al menos un 15% a 20% de fracaso. Casi siempre obedece, la mayoría de las veces, al no acompañamiento del equipo multidisciplinario adecuado para ayudar al paciente. O bien al no cumplimento de la dieta y actividad física requerida. Aunque según estadísticas, a los dos años de la retirada del balón, hay pacientes que mantienen una pérdida de peso promedio de 10 kilos.