Según nuestro diccionario, la palabra cobarde significa alguien no tiene valor o ánimo para hacer algo. La cobardía, también se puede definir como la falta de valor para actuar ante algo comprometedor o riesgoso. Se llama cobarde incluso, a esa persona que teme dar su opinión ante un momento justo. Puede ser por temor a ser juzgado de forma diferente a la cual él espera. Una persona puede ser considerada cobarde, cuando tiene valentía para enfrentar situaciones que pueden acarrear algún tipo de riesgo o peligro. Ese temor a luego afrontar las consecuencias, determinan a la persona cobarde. Actuar de manera pasiva, es también ser un cobarde por omisión.
Características de la persona cobarde
Una persona puede caracterizarse como cobarde, cuando no asume las consecuencias de sus acciones. Ser cobardes no solo se evidencia de esta manera. También, una persona es cobarde cuando carece de intervención. Es decir, cuando está ocurriendo alguna situación negativa y no ayudamos aun habiendo podido hacerlo. O cuando sencillamente le damos la espalda a situaciones que le están ocurriendo a terceros y por temor a intervenir, no lo hacemos. Así entonces, caemos entonces dentro del conglomerado de personas calificadas como cobardes.
Sin embargo, en ocasiones resulta difícil evitar la cobardía. Pues a veces, sentimos miedo de abordar alguna situación que consideramos difícil. Como por ejemplo, aceptar algún tipo de reto dentro en el trabajo. Puede ser un nuevo puesto o nuevas funciones, para las cuales sentimos que no estamos preparados para desempeñar.
Valores
La cobardía, definitivamente no te hace una mejor o peor persona. Solo que cuando sintamos que el miedo nos ataca, entender el por qué de ese sentimiento. Analizar la situación, y explicar a los otros que cuál es la fuente de ese temor. Los miedos e inseguridades al realizar algún tipo de actividad, no son razón de peso para que otros nos califiquen como personas cobardes. Mucho menos de baja autoestima, además de otros calificativos negativos.
Lo relevante, es conocernos a nosotros mismos y saber de lo que somos capaces de alcanzar. Debemos trabajar día a día para superar nuestros miedos y temores, y si es necesario buscar ayuda profesional para vencerlos. La finalidad no debe ser quedar bien ante los demás, pues debemos quedar bien con nosotros mismos para nuestro propio crecimiento personal.
No olvidemos que nosotros como personas valemos mucho, y no es justo castigarnos por algo que no logramos realizar o enfrentar en algún momento. Pues debemos tener el valor de trabajar en ello y superarlo. No existe otra manera de superar los miedos y temores, más que enfrentándolos. En conclusión, podemos finalizar diciendo que quizás el término cobarde es algo subjetivo. Y que calificar a alguien de cobarde, puede depender de la manera como sea visto o interpretado por cada quien.