Más que todo, los gritos vienen de los adultos hacia los niños. Incluso lees gritan para que los niños no griten. Pero gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo. Esto debido a que este comportamiento es pésimo para la educación de los pequeños. Incluso, los gritos entre adultos son peores.

Así pues, debes saber que las personas suelen levantar la voz cuando están enojadas y cuando pierden el control. Además, cuando quieres llamar la atención en un grupo determinado, sueles gritar para que te escuchen. Así pues, en este artículo podrás aprender que gritar no soluciona nada. Si te interesa, te invitamos a que sigas leyendo al respecto.

Debes medir la reacción de los demás cuando gritas

Debes tener claro que gritar no te va a garantizar que las demás personas te vayan a entender mejor. Es más, podemos garantizar que va a ocurrir todo lo contrario. Muchas personas te van a ignorar, así como también, reaccionarán de la misma manera. Es decir, te van a gritar también. Por lo tanto, gritar solo exacerba los conflictos.

Gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo

Gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo

El respeto es la base de todo entendimiento

Cuando estás gritando, estás enviando un mensaje erróneo a las demás personas. Tal vez un mensaje de intolerancia y de que no valoras a tus interlocutores. Esto puede traducirse como una falta de respeto y los demás no lo van a tolerar. Una de las maneras con las cuales puedes ser tolerante y respetar, es colocándote en los zapatos de los demás. Así pues, gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo.

Hay que ser asertivo

Esta es una capacidad que se va adquiriendo mediante la experiencia. Nadie nace con esto. Siempre que des tu opinión de manera educada, elegante, gentil y que todos las sepan entender, eso es ser asertivo. Por ello, no hay que levantar la voz, ni mostrar agresividad cuando estás dando tu punto de vista, o cuando simplemente estás conversando.

No debes hacer de los gritos una costumbre

Si bien es cierto que los niños deben saber que estás molesto con algo, un grito nunca está de más. Por el contrario, unos buenos gritos a tiempo harán que los niños corrijan su mala conducta. Esto los llevará a evitar problemas a futuro. Y a ti, sobre todo. Del mismo modo, no debes gritar a nadie ni a tus hijos de manera frecuente. Esto por la razón de que el efecto de educación y disciplina se pierde, por lo que puede llevar a faltas de respeto.

Los gritos no van a tener el efecto deseado

Si los niños se acostumbran a que se comuniquen con ellos mediante los gritos, los efectos podrían ser contraproducentes. Es decir, los niños ya no responderán a los gritos en forma disciplinada, sino que podrían desesperarse e incluso podrían empezar a gritarte también. Así pues, mientras más grites, más resistencia crearás, y por lo tanto, más difícil te resultará la comunicación con todas las personas que te rodean.

Gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo

Gritar no te da la razón. Aprende a gestionarlo

¿Es posible dejar de gritar?

De entrada, sabemos que cambiar esta conducta en las personas es realmente difícil. Por ello, se requiere de un alto control de emociones, pensamientos y de controlar tus impulsos. Lo primero que podrías hacer, es detectar las situaciones que te hacen enojar, y por ende, gritar. Cuando estés enojado, puedes practicar retirándote de la situación que te ha hecho perder el control.

Ahora, puedes hacer un breve conteo e incluso, puedes ponerte a hacer otra cosa. Esto dará tiempo suficiente a que te puedas calmar. Y sobre todo, podrás exponer de forma calmada y cortés, lo que estás sintiendo, o has sentido.

No te desesperes si no logras resultados a las primeras de cambio. Debes recordar que todo proceso nuevo lleva su tiempo y de buenas a primeras no vas a lograr corregir esta conducta. Solo la perseverancia y una fuerte convicción, harán este trabajo para que alcances el éxito.