Para mantener una relación sana es importante aprender estrategias eficaces para plantear un problema a tu pareja. De esta forma podremos plantear el problema de forma positiva y evitar conflictos y aprender de ello. Veamos como lograr una comunicación positiva con la pareja.
Índice
8 estrategias eficaces para plantear un problema a tu pareja
Momento correcto
A menudo compartimos poco tiempo al día, y tenemos miles de cosas que hacer y estamos cansados del día. Debemos encontrar un momento con privacidad, tranquilidad y que ambos estén con atención la pareja. Tienes que valorar cómo de urgente es tu problema para saber si puede esperar o no.
Fijarse en el lenguaje corporal
Es importante transmitir con nuestro cuerpo serenidad, tranquilidad y no estado alterado o a la defensa. Es normal que en el momento de hablar de un problema estemos nerviosos, pero debemos intentar mantener el control y evitar señales como cruzar brazos, moverse mucho o no mirar a los ojos. Lo mejor es colocarse frente a frente y estar cerca el uno del otro y un tono de voz tranquilo.
No irse por las ramas
Es muy importante que antes de lanzarte a hablar sepas qué sientes, qué quieres y qué cambios buscas en la situación para que deje de ser un problema. Escoge palabras fáciles de entender, explícate con ejemplos recientes y no te remontes al pasado.
Técnica del sándwich: algo positivo+el problema+algo positivo
Para reducir el impacto emocional de esa crítica podemos envolver el mensaje central con elementos positivos antes y después. El objetivo de esta técnica es aprovechar el efecto psicológico de primacía y recencia. Habremos plantado el problema con una sensación final positiva.
La magia del las palabras
Las palabras usadas con muy importantes. Deben transmitir flexibilidad, reflejar un deseo o una sugerencia, y no un ultimátum. El “me gustaría”, “necesitaría”, “me haría muy feliz” es mucho mejor que decir “quiero que”, “deberías de” o “necesito que”.
El problema tiene solución
Explicar un problema y no aportar una solución no es una buena idea, pero tampoco puede imponerse una solución. Debeis encontrar la forma de resolver el problema, por ejemplo haciendo una propuesta de soluciones y adoptar la que sea más justa y efectiva.
De quejas a deseos
Transformar la queja en un deseo es toda una habilidad, se necesita práctica. Lo primero es dejar de lado todas las emociones tan potentes y desagradables que nos genera la queja y pensar en qué es lo que realmente queremos pedir. Luego, transmitir el deseo en lenguaje positivo.
Permite la reflexión a tu pareja
No exijas una respuesta o una acción inmediata, deja que tu pareja piense en lo que le has planteado. Pero todo momento de reflexión para que sea útil, tiene que tener fecha de caducidad, por lo que podeis poner un plazo y evitar que el problema se enquiste.