El efecto placebo puede producir efectos físicos y psicológicos que pueden ser beneficiosos para mejorar los síntomas de la enfermedad. En el ámbito de los fármacos, el placebo es una sustancia inerte y biológicamente inactiva, con capacidad de producir efectos por el hecho de haberse tomado. Veamos a continuación más detalles:
Cómo funciona el efecto placebo
Al parecer, los aspectos psicológicos que más influyen son esperar un efecto concreto de la toma de un medicamento, ya sea beneficioso (placebo) o perjudicial (nocebo), así como las expectativas del mismo paciente. Así, el efecto placebo podría activar algunas vías bioquímicas, al igual que los medicamentos.
En la actualidad se está investigando la posibilidad de que la respuesta al placebo pueda estar determinada genéticamente, ya que varía en función de la persona. A través de estos estudios, se ha comprobado que los circuitos de dolor y la secreción de opioides se modifican realmente ante la expectativa del placebo.
Para lograr que el tratamiento con placebo sea exitoso entran en juego otras variables relacionadas con la percepción del paciente. Por ejemplo, la mente del paciente tenderá a medir la sensación de profesionalidad y competencia del médico o farmacéutico que administra el tratamiento. De igual forma, resulta determinante la sensación que el propio placebo crea en el paciente. Se debe tener en cuenta su tamaño, precio, presentación, apariencia.
El placebo como tratamiento
En ocasiones el placebo se utiliza con fines terapéuticos, pero siempre y cuando se cumplan dos condiciones básicas:
- Cuando no es posible recurrir a un tratamiento farmacológico eficaz
- Cuando se considera que puede ser útil para el desarrollo de una psicoterapia.
Por ejemplo, el placebo es muy útil para el tratamiento de pacientes hipocondríacos, y así diferenciar de la patología real o del problema psicológico. La sugestión es lo que hace que el efecto placebo sea real.