El derrame ocular, también conocido como hemorragia subconjuntival, es un sangrado de los vasos sanguíneos del ojo. La conjuntiva es una membrana fina que protege la esclerótica, la cual es la parte blanca del globo ocular. Cuando aparece dicha hemorragia, la sangre producida queda atrapada entre la esclerótica y la membrana bulbar del ojo.
Debemos saber que un derrame ocular es relativamente habitual, aunque no son tan sencillas de detectar. Pero, cuando se produce un sangrado sumamente excesivo, se puede apreciar la formación de manchas rojas en el ojo. La aparición de esta hemorragia puede producir molestias en el ojo e incluso una irritación excesiva. En el siguiente artículo, vamos a conocer las principales causas y tratamientos de esta enfermedad.
Causas de un derrame ocular
Debemos tomar en cuenta que no existe una causa específica de la aparición de un derrame ocular. Normalmente, esta hemorragia se puede producir por un aumento excesivo de la presión sanguínea del ojo. A su vez, los vasos sanguíneos pueden romperse debido a un golpe sumamente fuerte en el globo ocular.
Existen algunas causas menos frecuentes que pueden producir un derrame ocular. Por ejemplo, esta hemorragia puede ser consecuencia de una hipertensión arterial. También se puede producir debido a alguna anomalía en los vasos sanguíneos del ojo. Por otra parte, las personas con diabetes son más propensas a sufrir de esta hemorragia. Esto se debe a los problemas que pueden tener en la circulación sanguínea por los vasos oculares.
Síntomas
Como hemos mencionado anteriormente, el principal signo de un derrame ocular es la aparición de manchas rojas en el ojo. Estas manchas aparecerán con mayor nitidez mientras más grande sea la hemorragia. Además, éstas se podrán apreciar cerca del iris, y se puede apreciar mejor en personas con ojos de color claros.
Por otra parte, la persona que sufra de un derrame ocular es propensa a padecer de sensibilidad a la luz. Al mismo tiempo, estos individuos pueden sufrir de una visión borrosa de forma espontánea. También es posible que se pueda sentir una sensación de presión o dolor excesivo en el globo ocular.
Tratamientos para un derrame ocular
Hoy en día, no existe un tratamiento generalizado para poder aliviar un derrame ocular. Esto se debe a que la hemorragia suele reducirse en un plazo de entre 8 a 10 días desde su formación. Para esto, es necesario que se realice un seguimiento regular de la evolución de la misma. De igual forma, también es importante revisar constantemente la presión arterial de los ojos.
En primera instancia, un derrame ocular no suele presentar peligros para el paciente. Pero, si la hemorragia empeora, es posible que el paciente sufra de consecuencias permanentes en su visión. Para esto, es necesario tomar algunos medicamentos para controlar los síntomas de este derrame. Al mismo tiempo, es importante evitar que el ojo padezca de una enorme presión, para evitar que la condición empeore.
