Aceptar la soledad no es fácil. Muchas veces es una elección personal pero otras las circunstancias de la vida son las que nos llevan a estar solos.
En ciertos momentos de la vida la soledad es una opción que nos puede ayudar a crecer como personas o a conocer nuestro interior. Por eso aceptar la soledad es un proceso, mucha veces lento, pero del cual podemos sacar provecho.
Si no podemos aceptar la soledad podemos caer en depresión, ansiedad o se puede ver afectada nuestra salud física y emocional.
Índice
¿Soledad voluntaria o circunstancial?
La soledad se define como “una carencia de compañía” y está vinculada con estados como el desamor, negatividad o la tristeza.
Pero la soledad muchos veces también puede tener sus beneficios como para pensar, darnos cuenta de ciertas situaciones o aclarar la mente.
Si la soledad es voluntaria, es decir que hay personas que prefieren y eligen estar solo, de seguro no se presentarán muchos problemas porque la persona es independiente y puede manejar la situación.
Pero cuando la soledad se da sin elegirla, el caso de la muerte de familiares o pareja, es el momento de actuar y tratar de superar la situación.
¿Cómo se puede vencer la soledad no deseada?
Algunos simples pasos pueden ayudar a que la persona acepte su condición. Entre ellos mencionamos los siguientes:
Diagnosticar el problema: la persona debe tratar de establecer el por qué está solo y si es una situación puede remediarse. No hay que engañarse y tratar de ser lo más objetivo posible en este punto.
Vencer la timidez: hay que tratar de salir adelante y conocer nuevos ámbitos. Así se conocen personas nuevas. Moverse en otros círculos sociales siempre es positivo, al igual que salir de la rutina.
Conocerse a uno mismo: hay que aceptarse tal como somos. Ese es uno de los puntos principales para vencer la soledad no elegida. A partir de este diagnostico personal podremos construir nuevos vínculos.
Otros consejos
No victimizarse: no hay que pensar que solo nosotros somos los que sufrimos la soledad. Hay muchas personas malas en el mundo, pero también hay millones de personas dispuestas a conocerte y entablar algún tipo de relación contigo.
Abrirse al mundo: de nada sirve quedarse en la propia casa y cerrarse a todo. Lo importante es conocer el mundo, salir distraerse y crearse actividades que nos den placer. Es la forma de comenzar a dejar de estar solos.
Reconocer nuestros propios miedos: el miedo a la soledad es muy frecuente en todas las edades. Esto nos puede afectar física y psicologicamente, por eso es necesario determinar que nos angustia de la situación de estar solo y si podemos realizar alguna actividad para vencerlo.
Limpia tus pensamientos: toda la información que recibimos a diario de nuestro entorno social puede afectarnos negativamente y repercute en nuestras mentes. A veces la soledad es buena para aclarar esos pensamientos y lo importante es tomarlo como una actividad reflexiva y no traumática.
Hay que tomar la situación de estar solos como algo positivo. Reinventarse, buscar nuevos vínculos, trata de sacar enseñanzas de este estado que puede ser momentáneo y lo importante es tomar conciencia de los que queremos y saber que siempre hay una oportunidad para estar mejor