Muchas veces no estamos preparados para decir no y esto nos provoca ansiedad y malestar, que puede derivar en algún problema de salud.
Aunque no estamos satisfechos con algo no podemos negarnos a hacerlo o sentirlo, y eso es peligroso porque no podemos establecer nuestros propios límites.
También entra en juego la culpabilidad al decir no, ante el pedido de una amiga o al tener que acudir a algún lugar en el que no estamos cómodos, y creemos que los demás nos juzgarán por resta decisión. Pero es sano saber cuáles son nuestros limites y el decir no es todo un arte que puede aprenderse.
Índice
¿Por qué a veces no sabemos decir no?
Hay distintas actitudes que diferencian los psicólogos a la hora de tomar una decisión. La actitud sumisa, de quien nunca se niega a nada, la agresiva o el que suele negarse a lo bruto y la asertiva de quien dice no con argumentos y tratando de no herir a su interlocutor.
Nadie utiliza el 100 por ciento esas actitudes todo el tiempo, sino que depende de las situaciones y de la persona que tenga adelante.
Lo importante es que la persona se puede negar a hacer algo que no quiere o no le gusta, y que por eso no tiene que tener culpa o miedo.
¿Hay técnicas para decir no?
Existen distintas técnicas que nos ayudarán en este proceso de negarnos a hacer cosas, por distintas razones, tanto en la familia, como con los amigos o en el trabajo. Podemos resumirlas en las siguientes:
Perder el miedo
No debes tener miedo a lo que los demás puedan pensar ya que tu debes ser la primea persona que debe estar satisfecha con tu decisión o conducta ante una situación.
Aceptar la ansiedad
Es normal que aparezcan nervios y ansiedad en ese proceso de decir no, pero acepta este malestar y no digas que si para quitarte el problema de encima, ya que diferirás una situación que algún momento deberás resolver.
Evaluar las consecuencias negativas
Si dices que si para no crear un conflicto o no sentirte mal debes saber que las consecuencias negativas serán mayores y más profundas que si desde un principio dices que no a algo que no te convence.
No dar muchas explicaciones
Tu eres libre de tomar las decisiones que más te convengan por ello no tienes que convencer a nadie ni dejarte convencer a la hora de decidir algo.
Lo importante es saber que tú y solo tú tienes la decisión de elegir decir no a algo o aceptarlo. Esa libertad es tuya y nadie te la puede negar.