Los trastornos de la conducta se manifiestan a temprana edad, aunque puede desarrollarse tanto en la niñez como en la juventud. Se encuentran relacionadas directamente a situaciones en donde el individuo no logra adaptarse a las normativas que impone la sociedad.

Entre estas conductas inapropiadas podemos encontrar la ineptitud, el escape y la ausencia escolar. Es posible que se presenten problemas de robos, agresiones, asaltos, e incluso violaciones personales. Algunos podrían presentarse de forma conjunta, aunque también podrían aparecer de forma independiente.

Este tipo de actitudes son más recurrentes en hombres que en mujeres, este tipo de trastorno se relaciona directamente con otros tipos de problemas psiquiátricos. En la actualidad este tipo de conductas han ido en aumento debido a las presiones sociales, así como, el estrés.

Diagnóstico de los trastornos de la conducta

Se puede diagnosticar por medio de la atención especializada de un experto en la materia, el cual tomará en consideración el historial del paciente. Es preciso que estudie de forma detallada el proceso conductual del niño o el joven. Realizar todas las pruebas necesarias que faciliten el diagnóstico.

Adicionalmente, este trastorno comúnmente se acompaña de un padecimiento neurológico aún más grave. Entre los que se encuentran trastornos de ansiedad, estrés postraumático, hiperactividad, déficit de atención, entre otras.

El trastorno de conducta se relaciona con diferentes situaciones como el maltrato infantil, el consumo de sustancias estupefacientes, conflictos en la familia e incluso problemas genéticos. Para lograr un diagnóstico certero es imprescindible que la actitud en el niño o el joven sea extrema. Pero sobre todo, que este no se logre adaptar a las normativas que la sociedad impone.

trastornos de la conducta

Tratamiento en los casos de trastornos de la conducta

Los tratamientos aplicables en niños pequeños se basarán en las condiciones del mismo y será el médico especialista el que determinará las condiciones del mismo. De estas condiciones, se puede determinar que en estos casos influye la edad del niño. Así como la amplificación de los síntomas.

Otra de las situaciones a tomar en cuenta es la tolerancia del paciente a ciertos fármacos. Y evidentemente, terapias cognitivas-conductuales. En donde se buscará de solucionar los problemas de comunicación, conducta e impulsos agresivos. Así como, el manejo de la ira.

Este tipo de tratamientos podrá incluir terapia en conjunto con terapia familiar, cambiando patrones de conducta, y comunicación entre los participantes. De igual modo se debe atender a las técnicas que permiten un desarrollo social e interpersonal con sus pares.

Complicaciones cuando estos trastornos no son tratados

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Cuando el niño no es atendido a temprana edad, al llegar a la edad adulta puede experimentar trastornos de personalidad graves. Así como, el consumo de sustancias ilícitas que pueden empeorar las actitudes agresivas. Son comunes enfermedades, como la depresión y el trastorno bipolar.

También, son personas que se involucran en problemas y situaciones graves, con estados anímicos cambiantes. Son individuos capaces de intimidar de forma constante a personas y animales, además de actuar como una víctima ante distintos problemas. Son personas agresivas, errantes, acosadoras constantes, gustan de manejar armas de fuego y son capaces de destruir propiedades privadas.

Las reglas que impone la sociedad no son una norma para este tipo de personas, ya que no se sienten cómodos con ser parte del sistema. De allí que su atención sea realizada a  temprana edad.