El trastorno de la personalidad evitativa o trastorno por evitación esta descrito en el manual de las afecciones mentales. Sus principales características son la inhibición de compañía, de sociabilidad y la hipersensibilidad a ser desaprobado. El entorno resulta inadecuado para el paciente paciente, ajeno a ciertas situaciones y rechazado en general.
Asociado también al síndrome de ansiedad, puede surgir en la adolescencia o en etapas de la edad de adulto joven. En niños abandonados o maltratados por uno o ambos padres es muy común ver este trastorno de personalidad.
El individuo tiende a ser una persona aislada por temor a hacer el ridículo en sociedad, se sienten observados y juzgados. Solo toleran a su grupo familiar muy íntimo, o un par de amistades muy selectas. Ellos mismos observan bien a otros, pero se mantienen en constante temor de estar siendo observados. A efecto de descubrir si es un potencial individuo que les afecte. Son desconfiados, temerosos y se consideran ineptos sociales, acarreándoles problemas en el aérea laboral, de estudios y de ascensos. A continuación, exploraremos más a fondo el trastorno de la personalidad evitativa.
Síntomas
Las personas con el trastorno de la personalidad evitativa prefieren estar solos. Los síntomas para reconocer este trastorno desde el punto de vista del pensamiento afectivo, cognitivo y emocional son los siguientes:
Ansiedad y nerviosísimo extremo en sociedad, baja autoestima, dificultad para establecer relaciones interpersonales, timidez, labilidad emocional, desconfianza y autocrítica constante. También experimentan sensaciones de soledad, bajo rendimiento en puestos de trabajo, tienen ideas suicidas, son fantasiosos, distantes y procrastinan constantemente.
Además, presentan signos físicos de lo que están viviendo emocionalmente. Como sudoración, rubor, temblores, taquicardia, tartamudez, disnea, tensión muscular, cefaleas, náuseas, fatiga, confusión e insomnio.
Tratamiento del trastorno de la personalidad evitativa
El tratamiento del trastorno de la personalidad evitativa, constaría de algunas técnicas psicoterapéuticas. Por ejemplo, entrenamiento en habilidades sociales, terapias de grupo para irse exponiendo gradualmente a otros y medicación con psicofármacos. Sobre todo, los que han demostrado eficacia en fobias sociales.
Se debe también reforzar en estos pacientes, autoimagen, manejo de expresión verbal y corporal, y herramientas para establecer confianza con su terapeuta. El objetivo es derrumbar las barreras de sus propias creencias, para consigo mismo y con respecto a otras personas.
Aun así, muchos especialistas dudan de que estos individuos con el trastorno de personalidad evitativa, mantengan resultados a largo plazo. Esto se refiere a que las terapias orientadas a su patología puedan llegar realmente a cambiar sus procesos mentales. Sus patrones distorsionados con respecto a la realidad, hacen que sea difícil sacarlos de esos esquemas tan férreos, afectivos, mentales y conductuales.
