La termoterapia es el uso del calor como tratamiento en distintas patologías. Su principal objetivo es la relajación y sedación de los tejidos, aplicando el calor se desinflaman y reducen los dolores. Al colocar la termoterapia se debe tener en cuenta la temperatura natural del organismo. Ya que, en base a esto, para ver resultados, el procedimiento a aplicar de termoterapia, debe tener una temperatura más elevada. Además, hay que determinar la tolerancia del paciente al calor para administrarla solamente el tiempo necesario.
Se pueden usar distintas formas de calor para estas terapias, desde la terapia con calor sólido, semilíquido, seco y hasta gaseoso. Dependiendo si se usa calor en forma de rayos infrarrojos, compresas calientes, fomenteras, geles, aire caliente etc. A continuación, hablaremos de cómo se aplica la termoterapia.
Cómo se aplica
La aplicación depende del método, pero por lo general el tiempo de exposición no va más allá de 10 a 20 minutos. Especial consideración se debe tener con los rayos infrarrojos, que solo tendrían que usarse por periodos cortos. En los casos de termoterapia de características sólidas están las mantas, fomenteras y las compresas de gel que se calientan en el microondas. Pueden conservar calor por más de 15 minutos, son muy útiles para los hogares. Es propio alternar la colocación en varias partes corporales que se requieran.
Los semilíquidos son del orden de las parafinas y el lodo terapéutico, la primera se aplica en terapias para la artritis de manos. Y los fangos medicinales llenos de propiedades curativas, no solo por el calor que irradian, sino por los elementos minerales. Se consideran de aporte medicinal los baños de barro y las cataplasmas calientes contentivos de Iodo, hierro, selenio y otros más. Adaptándose al cuerpo, con solo cubrir el mismo, con el material de la terapia.
Los gaseosos incluyen el aire seco, tal cual como el que se genera con un secador y los vapores de agua de una sauna. Con precauciones del tiempo que permanece la persona en el cuarto de vapor, ya que su propiedad vasodilatadora, baja la tensión arterial. Dando origen a algunos síncopes si se excede en la exposición.
Las radiaciones o calor seco, de rayos infrarrojos, son aplicados con lámparas especiales usadas por los fisioterapeutas, antes de los masajes locales. Mejoran dolor e inflamaciones. Se debe exponer al paciente por poco tiempo, de 5 a 10 minutos es lo ideal.
Es prudente tener en cuenta el tiempo y tolerancia al calor al usar calor sólido o semilíquido. Hay casos en que se pueden presentar quemaduras, si no se aísla del cuerpo con un paño o servilleta adecuada. Se le denomina sensibilidad térmica, y no es igual en todas las personas. Lo que a una le quema, a otra le parece aun agradable. El terapista debe revisar cada cierto minuto, como está la zona afectada y donde colocó el calor.
A quién va dirigida la termoterapia
La termoterapia como terapia relajante, que activa la circulación, que libera contracturas musculares, vasodilata y provee serenidad y confort. Está dirigida a casi a todas la personas, eximirse los niños, si no es necesario. Es usada en terapias para hernias discales, cervicales y lumbares, va recuperando la movilidad de los pacientes poco a poco en varias sesiones.
Tiene indicaciones en múltiples enfermedades reumáticas. En pacientes que han pasado accidentes con reposos prolongados. A través de las fomenteras para los dolores pelvianos propios de la menstruación. En terapias de las caderas y rodillas ante la artrosis o en los post operatorios por colocación de prótesis. La termoterapia alivia la fatiga, aumenta el flujo sanguíneo y reduce el dolor, por eso su uso siempre beneficiara a algún paciente.