En algunos casos, la infección de riñones empiezan cuando las bacterias circulan por el torrente sanguíneo e infectan los riñones. Ataca las distintas partes de la cual se compone el tracto urinario, la vejiga, los uréteres, la uretra hasta llegar a estos vitales órganos.
Sin embargo, en el caso de las mujeres puede tender a ser mucho más recurrente, sobre todo cuando esta se encuentra en estado de gestación. En principio puede generarse la infección en la zona de la uretra, en ella ingresan bacterias que ocasionan graves molestias. Para luego poder alojarse en la vejiga hasta propagarse a los riñones si no es atendida a tiempo.
En el caso de las mujeres, su composición física permite que las infecciones en los riñones sean más comunes, poseen mayores riesgos. Sobre todo cuando son activas sexualmente y cuando usan algunos dispositivos para el control de la natalidad. Cando la mujer logra alcanzar la etapa de la menopausia, las infecciones urinarias y por ende en los riñones pueden ser mucho más frecuentes.
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Síntomas de una infección en los riñones
Los síntomas más comunes es la aparición de una fiebre bastante alta que supera los 38,5ºC. Mucho dolor en la zona lumbar, mareos, fatiga y vómitos. En primera instancia, se puede palpar una cistitis, la que podemos describir como una necesidad de orinar pero acompañada de dolor. La mayoría de las mujeres se quejan de micciones frecuentes y con olor fuerte, así como, mucho dolor en la zona de la espalada por la inflamación de los riñones.
Es posible que los músculos que se encentren en la zona abdominal se contraigan, y esto provoque molestias. Pueden existir crisis de dolor que se intensifican con el paso de cálculos renales en caso de que existan. En casos muchos más graves, la infección puede pasar al torrente sanguíneo provocando una septicemia.
¿Cuándo aumentan los riesgos de padecer una infección en los riñones?
En el caso de las mujeres durante la época de gestación es la etapa en la cual puede sufrir de infecciones urinarias recurrentes. Debido al crecimiento de la zona abdominal de la mujer, por lo que las vas urinarias se comprimen y el paso de las secreciones es más limitado. Causando así la proliferación de bacterias, y con ello el riesgo a las infecciones.
Del mismo modo, sucede en los casos en los cuales se presenta el reflujo urinario, en donde el limitado espacio da cabida a la propagación de bacterias. Existe un porcentaje mínimo de que las bacterias hayan sido adquiridas por medio del torrente sanguíneo, pero igual no se podría escapar de ello.
¿Cómo podemos detectarla a tiempo?
Cuando una mujer presenta molestias al orinar, lo más indicado es realizar los exámenes debidos para el momento. Solo basta con hacer pruebas diagnósticas en la orina para determinar que la puede estar afectando.
Ahora bien existen, otras condiciones que hacen que este tipo de infecciones proliferen, en las que encontramos las obstrucciones urinarias. Afecciones como los cálculos renales y con más frecuencia el reflujo urinario. Estas bacterias se trasladan a los riñones causando muchas infecciones que pueden llegar a ser crónicas.
Es preciso realizar todas las pruebas de diagnóstico posibles y que se encuentren a la mano, como los cultivos de orina y pruebas por imagen. De igual manera, algunos especialistas solicitan exámenes de sangre para determinar la cantidad de glóbulos blancos. Lo que determina una infección en sangre o daño en los riñones.