El síndrome del cuidador quemado o “burn-out” se trata de un estado de agotamiento mental y psicológico. Este síndrome afecta a las personas que se encargan del cuidado de ancianos o personas con discapacidades. Por lo general, en dicha relación de cuidado, el dependiente demanda demasiado del cuidador, llevándolo a un punto de quiebre.
Los cuidadores aportan toda su fuerza física, mental y psicológica para mantener estables a los dependientes. Todo esto conlleva a un estado de desgaste emocional intenso, que puede traer grandes consecuencias para el cuidador. A continuación, comentaremos los síntomas y soluciones del síndrome del cuidador quemado.
Síntomas psicológicos
Las personas que sufren del síndrome de cuidador quemado presentan una cantidad de síntomas psicológicos muy dañinos. Todos estos síntomas pueden evolucionar y convertirse en verdaderas frustraciones para la persona afectada. Principalmente los síntomas comienzan cuando el cuidador pierde su verdadero ser y se entrega al dependiente. Sobre todo cuando debe dejar a un lado sus pasatiempos o sus momentos de descanso para dedicarse al dependiente.
Perder la identidad y el propósito es algo muy dañino para las personas, porque comienzan a surgir resentimientos y culpas. El resentimiento lleva a la rabia y a la violencia hacia el dependiente, resultando en momentos muy desgastantes para ambos. El cuidador puede experimentar depresión, aislamiento del mundo, sentimientos de agobio, irritabilidad y ansiedad. El cuidador literalmente se quema hasta perder su estabilidad emocional y mental, llevando a síntomas físicos también.
Principalmente el estrés de soportar la carga del dependiente puede causar dolencias físicas muy fuertes. El cuidador presenta dolores de espalda, cuello y lumbar, además de gastritis crónica e incluso insomnio. Estos síntomas son consecuencia de la ansiedad, el estrés y la sensación de cargar con toda la responsabilidad. El cuidador se sentirá resentido, agobiado y cansado la mayoría del tiempo, sobre todo si convive con el dependiente.
Soluciones para el síndrome del cuidador quemado
Aunque el síndrome del cuidador quemado es algo común que experimentan los cuidadores, sus síntomas pueden evitarse o aliviarse. Todo dependerá de cuánto tiempo pase el cuidador con el dependiente, si se convive diariamente será más difícil. Sin embargo, es algo que puede lograrse y que es vital para recuperar la estabilidad mental y emocional del cuidador.
Lo más importante será tomar tiempo de descanso y de relajación propia. Es necesario que el cuidador tenga su propio espacio de calma, en el que no requiera estar cerca del dependiente. El constante contacto con el dependiente puede afectar seriamente la salud del cuidador. Tomar tiempo para salir con familiares o amigos, o realizar algún pasatiempo es muy importante. Es útil organizar un horario fijo en el que se cuide del dependiente y exista tiempo propio para el cuidador.
Por lo general, las personas ancianas o discapacitadas pueden realizar algunas cosas por su propia cuenta. En este sentido, el cuidador debe darle la oportunidad al dependiente de realizar estas tareas por sí solo. No nada más para alivianar el peso de las tareas, sino también para que el dependiente se sienta más capaz. Esto puede ser muy positivo para ambos y ayuda a fortalecer las capacidades del dependiente. Otra gran solución es aprender a decir “no” cuando es necesario. El cuidador tiene que deslastrarse de sentimientos de culpa y saber que muchas veces el negarse es bueno.