El principio del placer es una teoría promulgada por Sigmund Freud, donde explica los dos principios que rigen el funcionamiento mental. Uno es el principio del placer y otro es el de la realidad. Según sus estudios, el conjunto de la actividad psíquica, tiene por finalidad evitar el displacer procurando el placer. Entendiendo que el displacer va a la par del aumento de las cantidades de excitación, y el placer a la disminución de las mismas.

Principio del placer

Tanto en el psicoanálisis como en la psicología analítica, los principios se basan en la observación, análisis y revelación de los procesos inconscientes. Desde la base de lo más primario, Freud consideró al principio el displacer, o sea todo lo que sea represivo. Entonces los humanos sintiendo el displacer, logran procurar los estados contrarios. Allí se incluyeron sueños y todas las motivaciones del paciente que le resultaran penosas. Porque todo aquello que le fuera adverso, lo evitaría procurando el placer.

El principio del placer es una categoría esencialmente económica, hay ahorro y equilibrio de energía psíquica. El principio de la realidad contrapesa al principio del placer. El del placer tiende a la satisfacción inmediata y el de la realidad se apoya en la experiencia personal y realidad externa. Buscando el equilibrio por caminos distintos a la satisfacción inmediata.

Principio de la realidad

Principio del placer

El principio de la realidad es el contrapeso al principio del placer. Como su nombre lo indica, el principio del placer es el que busca satisfacción inmediata. Y el de la realidad, se basa en experiencias y realidades externas y busca el equilibrio por otras vías, no inmediatas.

La realización de todos los apetitos en un individuo haría imposible la vida del sujeto. Esto es un principio del Yo de la persona, que le hace sujetar sus deseos a realidades, supervivencia y condiciones ambientales. Aquí entran en acción los procesos secundarios que necesita el principio de la realidad. O sea, memoria, razonamiento y lenguaje de los cuales el Yo, toma contacto con la realidad. Descubre las relaciones con las cosas y puede hacer más efectivo y menos riesgoso la consecución del deseo.

Aplicación del principio del placer

Principio del placer

En el día a día de nuestra vida, es aplicable el principio del placer y el de la realidad. En nuestra manera de conducirnos, en las relaciones interpersonales, decisiones y supervivencia en todos los espacios. Podemos entonces afirmar que, en la aplicación del principio de la realidad, hay un momento transcendental en la historia de los seres racionales. Ya que, gracias a la toma de consciencia de una realidad externa, es como surge en nosotros la consciencia activa. Capaz de actuar, deliberar, gobernar, pensar y decidir.