El Ello yo superyó, la personalidad según Freud, ha sido una publicación que Sigmund Freud publicó en el año 1923. En este artículo, el padre del psicoanálisis destaca o amplia lo que se conocía acerca de cómo funciona la psique. A partir de un modelo de estructuras mentales, o el aparato psíquico. Si quieres saber más de esto, estás invitado a seguir leyendo sobre estas líneas.
Índice
La Segunda Tópica Freudiana
Esta teoría de Freud no consistió en ninguna remodelación o corrección de sus teorías precedentes, la segunda tópica freudiana ha sido un complemento de las mismas. En ella, lo que hace es integrar nuevos conocimientos a las nuevas funcionalidades de la psique humana. Según los postulados de Freud, el inconsciente humano genera contenidos que desean llegar al estado consciente del mismo. Sin embargo, si no eran placenteros, sino más bien traumáticos, estos llegaban a reprimirse.
Sin embargo, ese contenido del inconsciente tratará de llegar nuevamente a su nivel consciente, pero en forma de mecanismo audaces que le permitan hacerlo. Estos mecanismos son: delirios, ideas no establecidas, somatizaciones, actos y pensamientos fallidos, entre otros. Por ello, gracias a este postulado, Freud denominó inconsciente, preconsciente y consciente, estas etapas de procesos mentales.
En el inconsciente, reposan nuestros verdaderos pensamientos, las fantasías, ideas y deseos. En el preconsciente; el ser humano tiene noción de las ideas del inconsciente y del consciente. por lo que le permite establecer mecanismos de censura y de filtro de las ideas. Por último, el consciente; es el que tenemos representado mediante el lenguaje y los símbolos. En este nivel, el inconsciente se expresa mediante los símbolos del lenguaje y del pensamiento.
A partir de aquí, Freud indica que hay otras instancias de la psique humana que interactúan de manera muy dinámica con la mente humana: ellos son el Ello, el Yo y el Superyó.
¿Qué es el Ello?
Este nivel sirve como almacén o depósito de los deseos, fantasías e ideas reprimidas. El contenido de estas ideas, son totalmente inconscientes, por lo que el Ello interactúa más que todo con el Inconsciente. El Ello es la parte de la personalidad que no conoce ni leyes, ni normas, ni interactúa con la sociedad. No reconoce ni lo bueno, ni lo malo. El Ello suele reconocerse mediante los suelos de los individuos.
El Ello se hace manifiesto cuando tienes delirios, cuando somatizas algún problema psicológico o algún problema de trabajo, de familia, preocupaciones, entre otros. El Ello también es depositario de dos componentes que son heredados y son innatos al ser humano; estos son el instinto y las pulsiones.
¿Cómo puede definirse el Yo?
Es el punto medio entre las interacciones del Ello, el Superyó y el mundo exterior. El yo comienza a desarrollarse desde que somos niños. Por lo que, cuando comenzamos a tener contacto con el mundo exterior, podemos diferenciar a nuestra madre de las demás personas. El Yo es el que recibe y procesa todas nuestras experiencias, desde que tenemos uso de razón. El Yo significa la realidad subjetiva de la objetiva, y a diferencia del Ello, el yo es más racional.
El Yo, no es independiente, esto debido a que se rige por las normas del Superyó y por los impulsos del Ello. Además, percibe toda la información del mundo exterior, por lo que tiene que almacenarla y juzgarla por medio de la reglamentación del Superyó. El Yo, es un ente mediador entre los otros tres factores, por lo que es el que puede resolver conflictos.
¿A qué se llama el Superyó?
Freud indica que el Superyó deriva directamente del Complejo de Edipo, por lo que este ente representa la autoridad de los padres. El Superyó es una especie de esfuerzo que se hace para no expresar deseos de este complejo hacia los padres. Por ello, en el proceso de socialización, se van suprimiendo hasta que las personas ya son adultas. Sin embargo, mediante las reglas morales, el Superyó ve partes de esa autoridad paternal en la sociedad.
Maestros, autoridades civiles y militares, líderes políticos, entre otros. Además, en este proceso de formación del Superyó, el niño se identifica con el padre del mismo sexo, por lo que la sensación de severidad le acompañará, aun cuando se permanezca alejado de ambos padres.