Parece mentira, pero los efectos de las estaciones del año afectan la manera en cómo combatimos el hambre. Por esta razón, los efectos del frío en la comida suelen cambiar con las estaciones del año. Por evolución, el ser humano ha pensado que consumir ciertos alimentos en los meses más fríos del año, ayudará con su supervivencia, como hacen otros animales. Sigue leyendo este artículo para que te informes mejor.
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Los efectos del frío en la comida: aumenta nuestro apetito
Esto se conoce como “Trastorno Afectivo Estacional” con sus siglas TAE. Este trastorno deriva en el aumento del apetito y el antojo por la ingesta de carbohidratos en invierno. Las personas son propensas a consumir este tipo de alimentos. Ya que estos provocan mucha saciedad, estimulan el descanso después de comer y puede producir calor.
Esto puede deberse a los cambios en la química de nuestro cerebro, producto de los cambios estacionales. Además, cuando se pasan de estaciones con climas extremos, nuestro reloj biológico de alguna manera se altera.
¿Qué pasa con las personas en las estaciones más frías del año?
La mayoría de las personas que no son diagnosticadas con el Trastorno Afectivo Estacional, pueden presentar alteraciones en su organismo. Puedes experimentar ansiedad y depresión leve en estos tiempos fríos. Además, hay estudios no concluyentes en los que establecen relaciones de diferencias de vitamina D en el cuerpo. Es decir, uno de los efectos del frío en la comida es que podemos padecer deficiencia de esta vitamina puesto que los rayos del sol no inciden directamente sobre nosotros.
Sabemos que la luz ultravioleta moderada, nos permite asimilar vitamina D. el estado de ánimo puede cambiar en algunas personas. Por lo que, si tienes ansiedad y algunos episodios de depresión, es probable que te den muchas ganas de comer. Estos dos factores son generadores de estrés, por lo que tus ganas de comer en el frío probablemente aumentarán.
¿Qué alimentos estás propenso a comer en los meses fríos?
La mayoría de las personas consumen alimentos ricos en azúcar, como los dulces. También, los carbohidratos y los alimentos ricos en grasa son parte del menú de invierno en algunas personas. Por evolución, sabemos que las frutas y verduras frescas difícilmente se cosechan en invierno. Por lo que, nos queda es comer lo que esté disponible en esta estación. Hoy en día se conservan infinidad de alimentos, pero no lo era así en nuestro temprano proceso de evolución. Por lo tanto algo de nuestra memoria genética juega un papel importante en este caso.
Así pues, puede ser que una buena ensalada de vegetales cruda no la veas tan apetitosa en el invierno. Pero si puedas ver apetitosa y reconfortante una buena sopa. Las carnes que vienen acompañadas de las sopas pueden tener mucha grasa, por lo que deberás comer con precaución. Puedes comer tus vegetales cocidos en sopas o en estofados para que te sientas mejor al comer. Y por supuesto, no padezcas los rigores de querer comer mucho en invierno.
¿Qué hacer si tienes deseos de comer muchos carbohidratos y grasas?
Debes saber que, no en todos los casos, tu cerebro activa unos mecanismos de defensa para protegerte del frío extremo. Uno de estos mecanismos es la ingesta de alimentos ricos en grasas y carbohidratos. Puedes comerlos, sí, pero con moderación, ya que puede traerte muchas consecuencias negativas más adelante. Si ves que te supera la ansiedad por seguir comiendo mucho en invierno, puedes ir al médico.
El especialista te dirá si en efecto puedes padecer el Trastorno Afectivo Estacional, por lo que te enviará a casa con todas las recomendaciones. Por otra parte, el frío no tiene por qué tener efectos negativos en tu forma de comer. Esto por la razón de que puedes seguir comiendo lo que debas, sin estar ingiriendo grasas y carbohidratos de más.