La ansiedad, que puede ponerse de manifiesto en cualquier momento, nos lleva a sabotear muchas de nuestras acciones diarias. Es un estado de inquietud y nerviosismo reiterado que conduce a la persona que la padece a sentirse incapaz de sobrellevar la vida. Puede desarrollarse de forma casi imperceptible ante situaciones que están fuera del control del paciente, hasta que comienza a presentar síntomas. Sucede ante algo que representa una amenaza o un elemento que le es discordante, poniendo en alerta entonces al sistema nervioso. Estos pacientes suelen acusar taquicardia, sudoración fría, temblores, inestabilidad o mareos, insomnio, anorexia, tristeza, miedos, baja autoestima y depresión.
La ansiedad puede constituir un evento aislado o presentarse como una forma de reaccionar ante los problemas en los pacientes. Otras veces se dispara en crisis, posterior a pasar por situaciones traumáticas, como pérdidas, ruina, divorcios, enfermedades, tipos de personalidad, adicciones etc. Hay una descarga de adrenalina que acompaña a los síntomas mencionados y pensamientos negativos que agobian a la persona. El individuo con ansiedad se siente incapaz de llevar adelante sus proyectos, vida de pareja y aspiraciones, necesitando un impulso que no requieren otros. A continuación, algunas estrategias para canalizar la ansiedad
Causas de la ansiedad
La persona ansiosa puede serlo desde la infancia por enfermedades mentales subyacentes o hereditarias. También es común que aflore por un tipo específico de personalidad, o sea una personalidad aprehensiva e insegura forjándose durante la adolescencia. La ansiedad puede estar presente junto con otros problemas como el trastorno obsesivo compulsivo, las crisis de pánico y el estrés post traumático.
Es normal sentir algo de ansiedad ante eventos cotidianos que involucren responsabilidad o exigencias sociales. Mas un estado de ansiedad constante, reduce la energía del paciente, afecta su concentración, le resta tiempo y lo acerca a la depresión. Es incapacitante en general. Otras causas son los cambios experimentados por el paciente, mudanzas, desempleo, cambio de pareja y situaciones traumáticas de la infancia, como abusos. Enfermedades crónicas, alteraciones de las sustancias químicas cerebrales, genética, y la manera de afrontar las situaciones.
Cómo manejarla
Es importante no aislarse de la realidad. Si se sufre de crisis de ansiedad, será de gran utilidad el contar con una persona de confianza con quien hablar del tema. Puede ser un amigo o familiar a quien expresarle los temores relacionados con la situación que se vive.
Es menester llevar un registro de las crisis de ansiedad y de que circunstancias las detonan.
Igualmente, las psicoterapias con el especialista serán muy benéficas y se alimentarán de la información del diario de las crisis de ansiedad.
Evitar sustancias nocivas y adicciones es muy importante para mejorar la ansiedad, ya que las mismas pueden potenciarla. De no poder dejar por si solo las sustancias de alcohol, cocaína, cafeína, anfetaminas u otros se debe contar con soporte médico.
Conservar rutinas saludables tanto de alimentación, ejercicios y sueño a sus horas.
Distraer la mente en algunos hobbies, cine, cursos, jardinería, caminatas, oficios del hogar etc.
Los medicamentos como antidepresivos y benzodiazepinas de acuerdo a cada caso en particular y solo indicados en conjunto con la psicoterapia.