La Artritis Reumatoide es una enfermedad de origen crónico e inflamatorio. Se destaca por presentar afecciones en las articulaciones y manifestaciones en estas de orden extraarticular. Al no contar con tratamiento y asistencia adecuada puede desatar en fases posteriores limitaciones físicas importantes. Así como una reducción notable en la calidad de vida del individuo que la padezca.
Comúnmente se manifiesta en forma de dolor, rigidez, contracción o problema al lograr mover la articulación. Comienzan con la aparición de este y permanece en toda la evolución de la enfermedad. Es común que aparezcan síntomas como el cansancio, malestar general, en algunos casos fiebre y falta de apetito. Por lo que el peso se verá reducido. Ya cuando la enfermedad se encuentra instaurada, va afectando progresivamente todas las articulaciones. Puede hasta llegar a algunos órganos como el corazón y los pulmones.
Esta enfermedad se presenta en la mayoría de los casos en el sexo femenino. Es muy común que aparezca en una edad avanzada. Sin embargo, no se descarta que se pueda sufrir en la juventud. La primera señal de aparición es en las horas de la mañana. Al despertar se siente un entumecimiento en las manos y los pies. Así como inflamaciones articulares por todo el cuerpo. Es común que exista hinchazón y enrojecimiento en la zona.
Índice
¿Quienes padecen esta enfermedad?
Esta enfermedad es más común de lo que se cree. Afecta a gran parte de la población mundial. En números afectaría entre 150 y 200 millones de personas alrededor del mundo. Y cada año sigue en aumento por lo que evitarla es primordial. Como ya habíamos mencionado anteriormente, es mucho más común en las mujeres que en los hombres.
Es importante destacar que son las mujeres las que son más propensas a sufrir esta enfermedad pero se debe tener claro que la sufren después de los 55 años. Sin embargo, eso no excluye que aparezca en una edad temprana o incluso en la niñez. Se ha determinado a través de muchos estudios que el padecimiento de la misma es de origen genético. Por lo que es probable que en una familia en donde los ancestros han padecido la enfermedad existan mayores riesgos de contraerla. Igualmente existe un cierto porcentaje de la población que puede contener una proteína plasmática conocida como factor reumatoide. Por lo que en el diagnóstico de la enfermedad es probable que se haga el análisis de este factor y es allí donde se determina el padecimiento de la misma.
Posibles causas de esta enfermedad
A ciencia cierta no se sabe aún en profundidad cuáles son las causas de esta enfermedad, de lo que sí se tiene total seguridad es que es hereditaria. Por lo que en la mayoría de los casos intervienen factores genéticos en su aparición. De igual forma, existen otras causas que precisamente no juegan como factores genéticos y es importante tenerlas en cuenta.
Se ha determinado que entre los factores genéticos juegan un papel importante los genes, de los cuales se han estudiado varias estructuras presentes en ellos. Estos predisponen a las personas a padecer esta enfermedad. Los antecedentes familiares constituyen un factor importante en el desarrollo y la aparición de la afección. Es importante destacar que son factores de riesgo que se deben tomar en cuenta en todo momento mas no determina que la persona efectivamente la vaya a padecer.
Así mismo, existen factores no genéticos que no son muy conocidos. Como algunas infecciones, algunas hormonas femeninas, adicciones como el tabaco, el alcohol, el estrés, un peso corporal elevado, y el estilo de vida desordenado pueden desatar el desarrollo de esta enfermedad.
Actualmente se están realizando diversos estudios en mutaciones de genes para determinar cuáles son los factores precisos en la aparición y el desarrollo de esta enfermedad.
Complicaciones que puede presentar la Artritis Reumatoide
Esta enfermedad puede conllevar a ciertas complicaciones dependiendo del lugar en el que se encuentre. Generalmente cuando se halla cercana a los huesos, los debilita y puede producir una fractura ósea espontánea. Es muy común que en el desarrollo de esta enfermedad se pueda llegar a sufrir de osteoporosis. Igualmente en los estados avanzados de la enfermedad se puede sufrir de anquilosis ósea. Que no es más que la fusión de los extremos óseos en la articulación.
Cuando se sufre de artritis reumatoide los tendones y ligamentos que se encuentran cercamos a las articulaciones se ven bastante comprometidos. La tenosinovitis y la debilidad de los ligamentos producen una inestabilidad articular y una subluxación. En caso de presentarse alguna infección la artritis se recrudece y reaparece. No es muy común pero se corren grandes riesgos, sobre todo en los casos más evolucionados.
Tratamiento de la artritis reumatoide
Por la consideración de esta enfermedad, obviamente los medicamentos a emplearse deben ser suministrados y consultados por el médico especialista que trata a la persona enferma. Entre estos tratamientos se encuentran las medicinas antireumáticas. Estos ralentizan el avance de la enfermedad. En muchos casos terminan por detener por completo su avance. Estos medicamentos son lentos para ser efectivos. Por lo que se necesitarán algunos meses de tratamiento para poder empezar a ver resultados.
Estos fármacos producen efectos secundarios. Por lo que su doctor especialista una vez que le indique a tomar estos medicamentos anti reumáticos, empezará a controlar los posibles efectos nocivos de estas medicinas en su organismo. Un médico realmente especializado le va a mandar a hacer todo tipo de exámenes regulares tales como análisis de sangre y otros tipos de pruebas médicas para controlar la evolución de su enfermedad. También corregirá efectos colaterales derivados del consumo de medicamentos.
Puedes tratar la artritis reumatoide con otras terapias alternativas
Estas terapias coadyuvan a la mejoría de la enfermedad, no la curan por completo. A pesar de estar estudiadas por investigadores serios. No debe reemplazar su tratamiento con medicamentos por estos complementos. A su vez, debe consultar a su médico de confianza si puede o no hacer estas terapias. Las cuales van desde la acupuntura, los masajes para el dolor, ejercicios de meditación y relajación, medicina homeopática, aromaterapia, terapias de frío y calor, entre otros.