El trastorno de rumiación a pesar de ser poco frecuente existen casos en donde el problema no solo se trata del hecho de regurgitar alimentos. Se trata más bien de las contracciones que padece el estómago. Son situaciones que las padecen varias veces al día y prácticamente a diario.
Se llama regurgitación debido a su semejanza con la actividad realizada por animales herbívoros, la rumia. En donde el individuo puede llegar a realizar la misma acción llegando a masticar, tragar o escupir los alimentos. E incluso sin mostrar alguna molestia o asco, se podría relacionar a un trastorno de la conducta pero no es el caso.
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Causas del trastorno de rumiación
Es un síndrome que es muy poco conocido, por ende sus causas también lo son. De lo que si se tiene precisión es que el consumo de alimentos genera distensión abdominal y posteriormente relaja el esfínter esofágico. En donde el alimento es devuelto parcialmente digerido a la boca.
Se presenta una especie de eructo que se acompaña de un suceso de rumiación, los que padecen esta enfermedad sugieren que es un episodio similar a un eructo. Sin embargo, las causas más asociadas a esta enfermedad son de orden psicológico. Traumas infantiles debido a separaciones, muertes, divorcios o abusos sexuales.
Incluso los estados de abandono y negligencia en la infancia podrían desencadenar tal enfermedad. Existe también la posibilidad de que personas con deficiencias intelectuales óptico motoras asocien esta acción con situaciones de bienestar.
Síntomas en el trastorno de la rumiación
Entre los síntomas más comunes se presenta mal aliento y pérdida de peso constante. Es posible que sienta dolores estomacales e indigestión. Son personas con muchas caries y labios agrietados debido a la sequedad.
Se pueden presentar vómitos parcialmente digeridos, además estos individuos suelen esconder este tipo de comportamiento cubriéndose la boca al toser o regurgitar. Son personas que no comen en público y no logran socializar adecuadamente con su entorno.
El signo más notable es la desnutrición, personas frágiles y con una piel muy pálida. Tanto en niños como en adultos se presentan los mismos síntomas, solo que los adultos si expulsan la comida y los niños tienden a volver a comerla.
Tratamiento a aplicar en este trastorno
El tratamiento a aplicar para esta enfermedad será muy distinta en base de la edad y la condición del paciente. En principio se ha visto con muy buenos ojos la aplicación de técnicas de relajación y respiración que han permitido la desaceleración de estos episodios.
Tanto para adultos como adolescentes de igual modo se aplican técnicas de relajación. En algunos casos este trastorno no es para nada intencional, para lo que se aplica la respiración diafragmática. Se les enseña a respirar de forma tal que se prevenga el vómito y las contracciones abdominales.
En el caso de los niños es mucho más complicado controlar los episodios, por lo que la paciencia de la familia es fundamental. Se deben tratar todas las dificultades familiares, así como, las dificultades personales con ayuda especializada y oportuna.