¿Qué es el Prozac y para qué sirve?

El Prozac o Fluoxetina es un tratamiento utilizado para diferentes trastornos mentales y de corte hormonal en el cerebro. Este medicamento debe administrarse de forma muy cuidadosa en las personas que realmente lo ameritan. El Prozac posee ciertos efectos secundarios que pueden ser muy dañinos si se toma de forma muy prolongada.

Es importante recordar que este medicamento no puede ser auto administrado, un médico especialista deberá certificar su uso. Las personas que lo consumen deben recordar diariamente su administración y monitorear su tratamiento para estar atentos a las mejoras. A continuación hablaremos más a fondo del uso del Prozac y sus efectos secundarios.

Aplicaciones del Prozac

El Prozac puede aplicarse en un sinnúmero de trastornos mentales y estados alterados de las hormonas cerebrales. Las afecciones principales que trata son el trastorno bipolar, la depresión, la ansiedad, el síndrome postraumático y el trastorno obsesivo-compulsivo. Sin embargo, también puede tratar el síndrome premenstrual, la irritabilidad y el cambio de los estados de ánimo.

Este medicamento actúa sobre los niveles de serotonina del cerebro, específicamente como inhibidor selectivo de la absorción de la serotonina. El Prozac es un medicamento ideal para mantener estable la mente y la acumulación de hormonas que dominan el cerebro. El Prozac es de vital importancia para tratar el trastorno maníaco-depresivo, que es muy angustiante para quienes lo sufren.

La Fluoxetina o Prozac también puede utilizarse para combatir el alcoholismo, el déficit de falta de atención y el insomnio. Muchas personas que sufren de obesidad, síndrome de Tourette y trastorno límite de personalidad son medicadas con el Prozac. A pesar de su gran variedad de usos, los pacientes sólo deben tomarlo cuando lo receta un médico especialista.

Efectos secundarios de este fármaco

Como mencionamos anteriormente, el Prozac es un medicamento extremadamente fuerte, su aplicación es delicada debido a las hormonas que maneja. Las personas que lo consuman deben atenerse a algunos síntomas persistentes durante su uso prolongado, incluso a algunos riesgos futuros. Por lo general este medicamento produce una somnolencia bastante fuerte, razón por la cual es un tratamiento para el insomnio. Sin embargo, puede causar otros síntomas comunes; como mareos, náuseas, diarrea, boca seca, debilidad, pérdida de apetito, pérdida de peso.

El Prozac puede llegar a causar algunos otros síntomas más graves proporcionales al período de tiempo en que se consume. La mayoría de las personas han sufrido de fiebre, dolores articulares, taquicardia, dificultad respiratoria, convulsiones, desmayos, sangrados, sarpullido, urticaria, temblores. El Prozac no debe administrarse en mujeres embarazadas ni lactantes, de ser estrictamente necesario debe consultarse con un médico especialista.

Una de las complicaciones más vistas en el uso del Prozac es el glaucoma de ángulo cerrado. Si se consume prolongadamente el Prozac puede llevar al bloqueo del líquido ocular, que produce aumento de la presión ocular. El glaucoma de ángulo cerrado degenera progresivamente el ojo hasta que se pierde la visión por completo. Si consumes Prozac y has tenido náuseas, visión borrosa, cambios en la visión y dolor ocular, debes acudir al médico. Otros síntomas pueden incluir visión de luces de colores o aros, además de inflamación y enrojecimiento de la córnea.

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