El trapecio es un músculo triangular que junto con los romboides y los esternocleidomastoideos forman la parte alta de la espalda. En esa posición, estos músculos son proclives a recibir todas las formas de exigencias externas. Desde una presión constante por levantar pesos inadecuados, malas posturas, elongación del cuello y espalda fijos por el trabajo, estudio o deportes. Cuando los músculos se ven afectados por las dinámicas diarias ante las posiciones que adquieren y las repeticiones de lesiones sobre ellos, padecen contracturas del trapecio.

Las contracturas musculares suponen  en los pacientes un músculo duro, tenso y doloroso, que con el tiempo, si persisten, afectan además  zonas cercanas. Por ejemplo, los músculos del cuello, pudieran producir cefaleas y mareos hacia la cabeza, y los trapecios en este caso, comprimen nervios cercanos. Estas compresiones nerviosas traen consigo dolor, calambres, hormigueos, entumecimiento, frialdad o pérdida de la sensibilidad local. Además de limitación de la movilidad del músculo y de la espalda en cuestión.

Los músculos contracturados caen en fatiga y agotamiento de sus fibras musculares en el tiempo, convirtiéndose la espalda alta, en una verdadera región tensa. Con el músculo se afectan también las fascias o recubrimientos de los mismos, nervios y vasos, proveyéndole poca irrigación sanguínea. Esta patología se denomina síndrome miofascial cervicodorsal. A continuación, exploraremos como evitar las contracturas del trapecio.

¿Cómo se producen las contracturas del trapecio?

Contracturas del trapecio

Toda contractura muscular y sobre todo de los trapecios, que corresponden a la espalda alta, se producen por movimientos y posturas erradas. Afortunadamente es posible evitarlas, con consejos, rehabilitación y medicación natural o química.

Las posturas tienen mucha responsabilidad, por ejemplo, muchas horas en la misma posición frente al ordenador, la cabeza hacia abajo leyendo. Ver el móvil, conducir un auto por horas, asegurar el teléfono contra el hombro, un pitcher en el béisbol, un músico de violín etc. Cargar pesos de forma inadecuada, cargar un bolso pesado en la espalda, ciertos oficios como la mecánica, limpieza, caídas, latigazos y obesidad entre otros.

En esos momentos, el músculo se exige, luego se agota o fatiga, recoge toxinas, se irriga mal en cuanto a la circulación y termina contracturado.  Las contracturas o nudos dan aspecto exterior de bultos a la palpación, por las fibras musculares montadas unas sobre las otras. Y pueden volverse crónicas si no se toman los correctivos necesarios, afectando mucho la calidad de vida del paciente.

Cómo evitarlas

Contracturas del trapecio

Para evitar las contracturas del trapecio, es menester tomar algunas medidas sencillas. Por ejemplo:

  • Realizar descansos paulatinamente a lo largo de la jornada de trabajo, esto es, levantarse de la silla y hacer estiramientos de la espalda. Mantener la silla a la altura del ordenador y un soporte en la espalda o asiento adecuado que cubra la misma.
  • Hacer calentamiento de los músculos antes de actividades deportivas y juegos.
  • Tener el libro, móvil o algún objeto por espacios cortos de tiempo recogido con los brazos, y la espalda apoyada en ese momento.
  • Bajar de peso ya que la obesidad en sí misma, acarrea exigencia a la espalda y los músculos por el peso.
  • Realizar tareas diarias con cautela.
  • Turnarse con otro chofer en viajes largos de auto. Ajustar bien la silla al conducir, usar el apoya cabezas y cinturón para tener la espalda recta.

Contracturas del trapecio

  • Tener un buen colchón ortopédico o semiortopedico para garantizar una postura ideal al dormir y descansar de manera óptima.
  • Los chicos escolares no sobrepasarse del peso que llevan en el bolso de la espalda.
  • Pasear los perros con correas extensibles que no provoquen tirones del brazo o espalda al amo.
  • De ya existir la contractura, hacer masajes, colocar calor local con fomentera, realizar fisioterapia de espalda y cuello y usar fajas dorsales para soporte.
  • Los baños relajantes con sales marinas, vinagre, esencias de lavanda y romero están indicados. Además es posible tomar alguna planta medicinal tipo valeriana o cúrcuma para el dolor y tensión muscular. Si es muy complicada la situación se puede buscar ayuda profesional en el traumatólogo o internista. Por lo general se indican tiocolchicosido y analgésicos no esteroideos dos veces al día por una semana.