El insomnio es la incapacidad para conciliar el sueño, o quedarse dormido. Ocurre de manera aguda y crónica. Al ser agudo es resultado de alguna variable pasajera, como un problema que nos ocupa, un evento traumático o circunstancias como estrés. De esa manera puede durar dos o tres días, hasta la resolución de lo que lo causa. Cuando es crónico puede estar presente por meses o años y es más difícil su manejo. A veces deriva de malos hábitos, enfermedades, edad, medicamentos que lo inducen etc.
El insomnio también se divide según sea la presentación del mismo. Si es para conciliarlo desde que nos acostamos se le denomina de inducción. Al contrario, si dormimos al principio y nos levantamos de madrugada sin terminar de dormir la noche entera, se le denomina terminal.
El no dormir adecuadamente es muy perjudicial para la salud. Se estila que un adulto promedio duerma al menos 7 a 8 horas como mínimo, para estar descansado. La persona insomne permanece constantemente fatigada, sin energía y va alterando su calidad de vida poco a poco. No puede rendir en sus actividades diarias, trabajo ni familia ocasionándole además irritabilidad y atrayendo más enfermedades. Se expresa no pudiendo quedarse dormido, levantándose la persona a media noche o levantándose muy temprano, con cansancio, irritabilidad y somnolencia diurna.
Causas
Las causas del insomnio deben ser exploradas con precisión para ayudar al paciente a mejorar la condición. En primer término hay que acotar que con la edad disminuye la necesidad de sueño en las personas. Por ejemplo, un bebé duerme casi las 24 horas del día, un adolescente hasta 10 horas, un adulto joven promedio, 8 horas. Un adulto edad media, 7 horas y luego de los 60 años con 6 horas de sueño, el cerebro se repara muy bien.
Causan insomnio los ciclos o ritmos circadianos alterados por horarios de trabajo de noche, los viajes, el estrés y las preocupaciones. También mantener la mente ocupada durante la noche en situaciones como las finanzas, salud, trabajo, familia etc. La muerte de un familiar, divorcio, desempleo y los malos hábitos al dormir. Tomar café, té, vino, refrescos de cola, comer en exceso, tabaco, llevar equipos electrónicos a la cama, y ambiente inadecuado para dormir. Esto es, cama incómoda, mucho frío o calor ambiental, ruidos. Además, colaboran no tener una rutina específica ni horarios para ir a la cama, ni relajarse.
Luego hay que verificar si el paciente posee enfermedades como el hipertiroidismo que produce insomnio por la acción de la glándula tiroides. Esta glándula altera el metabolismo acelerando algunas funciones del organismo. Las afecciones cardíacas, el reflujo gástrico, el asma, el dolor crónico, las enfermedades mentales, el Alzheimer y el Parkinson, entre otras lo causan. Los problemas de vejiga y próstata que signifiquen levantarse varias veces a orinar de madrugada. Los medicamentos como los antidepresivos, analgésicos, antihipertensivos y antialérgicos pudieran alterar el sueño también. Son otras la menopausia en la mujer por cambios hormonales y la baja estrogénica, las apneas y el síndrome de piernas inquietas.
Tratamiento del insomnio
Lo importante en el tratamiento del insomnio es el procurar cambiar los patrones errados que mantenemos con respecto al sueño. Y luego tratar cada una de las causas que lo inducen, si es posible.
Lo primero es establecer una rutina ideal de horario para ir a la cama incluso los fines de semana. Es de utilidad una ducha caliente, lectura o música relajante, ambiente adecuado como habitación oscura, sabanas limpias, pocos ruidos etc. Tomar una bebida como el tilo, toronjil u otra relajante. No llevar trabajo a la habitación, ni usar la cama para comer o usar los dispositivos electrónicos. Limitar siestas vespertinas para que no incidan en el sueño nocturno, hacer actividad física temprano, no antes de acostarse.
Se debe hablar con el médico para evaluar los medicamentos que se reciben, y las distintas patologías padecidas por el paciente. No comer en exceso, no tomar alcohol o las bebidas contentivas de xantinas que son estimulantes como el café, chocolate y té. Si en última instancia el paciente debe su insomnio a depresión, ansiedad u otros en la esfera psicológica, debe ir a terapia. En muchos pacientes el tratamiento termina siendo inductores del sueño en tabletas y los psicotrópicos. O bien la melatonina, hormona que es secretada por el cuerpo en la tarde. Pero que ayuda a conciliarlo con naturalidad en suplementos, también se expende en cápsulas.
-
Ansiedad social: un problema cada vez más común, es un trastorno mental que en… Leer más
-
La disartria es una enfermedad que ataca músculos en el cuerpo, estos tienden a… Leer más
-
Los síntomas de legionela son fundamentales conocerlos. Saber detectarla en el organismo y aprender a… Leer más
-
Los síntomas de sinusitis se pueden presentar en personas que padecen de alergias continuas.… Leer más
-
La infección aguda por el virus SARS-CoV-2 puede causar diferentes manifestaciones clínicas, y pasado… Leer más
-
Algunas frutas contienen altos niveles de azúcar por eso los diabéticos deben saber elegir… Leer más
-
En los herbolarios ofrecen gran variedad de plantas que llegan con la promesa de… Leer más
-
Caída del cabello o la pérdida del cabello (alopecia) puede afectar solo al cuero… Leer más