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¿Qué son las benzodiacepinas y para qué se utilizan?

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En adelante conoceremos qué son las benzodiacepinas y para qué se utilizan, así como los riesgos que pueden presentar para la salud su consumo. 

Las benzodiacepinas son medicinas que minimizan la exaltación neuronal y que actúan en el organismo con un efecto ansiolítico. Actúan de la misma manera como un antiepiléptico y un relajante de los músculos del cuerpo.

Este tipo de medicamentos han sido usados a lo largo de muchos años para el tratamiento de los estados ansiosos. Sin embargo, el uso de esta medicina debe ser cuidadoso, ya que posee ciertos riesgos para la salud. Crea adicción cuando no se consume de manera correcta, debido a que crea estados hipnóticos.

Índice

  1. ¿Para qué se utilizan las benzodiacepinas?
    1. Riesgos del uso de este tipo de medicamentos
    2. ¿En que momento se crea la dependencia?

¿Para qué se utilizan las benzodiacepinas?

Riesgos del uso de este tipo de medicamentos

Son medicamentos que tienen ciertos beneficios en algunas condiciones, sin embargo, no se encuentra alejados de contener riesgos. Entre los síntomas que se presentan se encuentra la somnolencia y la dificultad para atender. Afecta directamente la memoria y la concentración.

En caso de que llegase a ocurrir una sobredosis en el consumo de este medicamento es muy probable que pueda ocurrir incluso un accidente. En algunos casos ha ocasionado la muerte de algunos pacientes al descender la actividad respiratoria. Y a muy largo plazo, con el uso indiscriminado del mismo puede llegar a provocar demencia. Estudios recientes han demostrado que el uso de esta sustancia puede provocar algunos tipos de cáncer.

¿En que momento se crea la dependencia?

La dependencia se crea en el momento en el cual se toma el medicamento de forma progresiva e indiscriminada. La tolerancia al medicamento ocurre cuando se produce un estímulo enzimático en el hígado, de allí que se tolere. Es cuando a medida que transcurre el tiempo que se debe ir aumentando la dosis y con ello la dependencia.

Si el medicamento se retira de manera brusca pueden surgir episodios de abstinencias. Por lo tanto, los tratamientos indicados con este tipo de medicamento no deben ser alargados. En algunos casos no deben superar los tres meses de consumo y su disminución debe ser progresiva. Con el fin de evitar los efectos rebotes. 

Uno de los daños más severos que causa esta medicina, es la disminución para lograr archivar información en nuestro cerebro. Lo que conlleva con el tiempo a la perdida de la memoria de manera progresiva. Así mismo, existen los casos en los cuales la persona podría experimentar los mismos síntomas por los cuales consume el medicamento. 

Es así como el consumo de este medicamento en un momento determinado podría ser de gran ayuda, pero más allá de esta condición. Puede generar un problema grave en la salud si no es tratado con precaución. Es importante el uso de otras metodologías en conjunto para aliviar los padecimientos o las enfermedades que se presenten.

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