“El mundo no espera a nadie”, esa es una idea muy presente en el entorno siempre en movimiento en que nos encontramos y que nos hace buscar la inmediatez y el no alcanzarla solo nos estresa, pero, la paciencia se puede aprender para así aliviar estas tensiones del día a día.
Cosas tan sencillas como esperar el ascensor o esperar tu turno en una fila puede causar que te desesperes.
La impaciencia es un mal que nos aqueja a todos en el algún momento pero que puede ser fácilmente contrarrestada si sabes cómo.
Aprender a ser paciente es una meta que todas las personas se deben plantear.
También hay formas de aliviar la impaciencia y tedio del día a día de formas sencillas y así reducir el estrés, y si continúas leyendo este artículo hoy las aprenderás.
Detectar cuando estas impaciente
Darte cuenta de que estas impaciente es el primer paso para saber que debes bajar un poco el ritmo y calmarte.
La impaciencia la puedes detectar a un nivel tanto mental como físico.
Si te invaden pensamientos como, “Esta fila no avanza nada” o “La clase es eterna” o “el ascensor no llega” . O llega al “EL ARTÍCULO DE LA COLUMNA ME TIENE DE LOS $%»$% NERVIOS, QUIERO LANZARME POR LA VENTANA PERO TIENE REJA”es señal de que te estas impacientando, en ese momento debes prestarle atención a como lo expresas físicamente.
Sentir el cuerpo tenso, tener las piernas inquietas, apretar las manos y respirar rápido todo acompañado por irritabilidad son señales de tu impaciencia.
Detectar que te impacienta
Saber cuándo estas impaciente te permite identificar que situaciones te hacen perder la paciencia.
Saber qué cosas te impacienta te da la posibilidad de evitarlas en lo posible. Y, en caso de no ser evitables, te permite prepararte mentalmente para poder afrontarlas
Afrontar la impaciencia
Es inevitable quedar envuelto en situaciones que te impacienten de vez en cuando. Pero, es posible evitar esta impaciencia distrayendo tu mente con algo.
Escuchar música y cantar mientras estas atascado en el tráfico o leer las placas de los demás autos.
Llamar a un amigo o hablar con las demás personas que esperan en un consultorio.
Aprovecharte de tu propia impaciencia y usar la hiperactividad del momento para dejar correr la imaginación y así pensar en soluciones para otros problemas que te aquejen.
Evitar la impaciencia del momento no es complicado, solo hay que saber cómo hacerlo.
Ser paciente a largo plazo
El primer paso para empezar a ser paciente y dejar de lado la angustia es aceptar que no siempre vas a tener el control de la situación, tú no controlas que tan rápido avanza una fila o cuando se desatascara el tráfico.
Debes entender que la vida no es una carrera, es una maratón que debes recorrer a distintos ritmos
Plantear sub-metas a tus metas te hará sentir un progreso más constante que aliviará tu impaciencia por acabar, dividir un viaje en etapas lo hará parecer más corto.
Hacer ejercicio para reducir el estrés y la angustia también drena la inquietud que presenta la impaciencia.
Aprender a meditar es otra gran solución ante la impaciencia, despejar tu mente, respirar y sentirte en paz te harán olvidar que estabas impaciente