Mucormicosis: síntomas y tratamiento

La mucormicosis se trata de una enfermedad que se obtiene por medio de las esporas que brotan del moho cuando estas son inhaladas por el cuerpo humano. En menores casos se adquiere cuando se infectan por medio de una herida que se tenga en el cuerpo. Los síntomas más comunes son la fiebre, el dolor y en algunos casos una tos persistente.

Esta infección podría llegar a destruir algunos tejidos, entre los más importantes los del rostro. La manera más efectiva de diagnosticar la condición es por medio de una muestra del tejido dañado. En muchos casos la manera de tratarlo es colocando grandes dosis de Anfotericina B, así como, el retiro de los tejados que se encuentren dañados mediante la aplicación de una cirugía.

Existen varias clasificaciones de esta enfermedad, lo que variará será dependiendo del lugar en el cual se presente la infección. Se encuentra la mucormicosis cerebral, la mucormicosis cutánea y la pulmonar. Muchos tipos de hongos pueden causar esta infección, los síntomas podrán variar según sea el caso, sin embargo, pueden llegar a presentar sintomatologías  similares.

¿Cuáles son los síntomas de la mucormicosis?

Cuando se trata de la mucormicosis cerebral esta puede provocar mucho dolor, fiebre, malestar, dolor en el área de los ojos y la nariz e inclusive perdida de la visión. La infección al propagarse podría llegar a destruir todas las cavidades faciales, destruir los huesos y los senos paranasales. Los tejidos del rostro se van muriendo hasta llegar a consumir los tejidos en el cerebro produciendo un coma e incluso la muerte.

Igualmente sucede en la mucormicosis pulmonar, en donde se refleja por medio de síntomas bastante graves. Como una tos persistente, mucha fiebre y dificultad respiratoria. Podría llegar a dañar los tejidos de los pulmones hasta causar la muerte.

La mucormicosis cutánea presenta síntomas similares a las dos infecciones anteriores. Se distingue por un enrojecimiento en la zona en donde se presenta la infección. La zona de la piel puede llegar  a hincharse, enrojecerse  y presentar mucho dolor. Es común que en la zona también se presenten ampollas y el tejido que se encuentra en los alrededores se torne de un color más oscuro.

Este tipo de hongo podría llegar a alojarse en las arterias ocasionando coágulos en las mismas lo que detiene el flujo sanguíneo provocando que el tejido en la zona se muera.

¿Cuál es el tratamiento?

El tratamiento común que se aplica en este tipo de infecciones son los fármacos antifúngicos, así como, las cirugías para retirar el tejido muerto que se producen por la infección. Cuando se detecta a tiempo es mucho más sencillo de tratar y puede llegar a evitar la muerte del paciente.

En el caso de la infección cutánea se puede evitar la deformación de los tejidos y los huesos de la zona. Es importante destacar que se aplica un fármaco antimicótico, Anfotericina B por vía intravenosa con el fin de evitar el avance del mismo.

Se aplica un control profundo en el cual se aplican mediante inyecciones, recuentos de glóbulos blancos para aumentar sus niveles. Al igual que en aquellos casos en los que la diabetes no ha sido controlada, se deben tomar las medidas necesarias para disminuir los niveles de azúcar en sangre. De lo contrario la infección avanza rápidamente.

En estos casos es necesario retirar todo el tejido dañado por medio de cirugías, es por ello, que al controlarlo desde el inicio es mucho más sencillo. Solo con intervenir en pequeñas porciones hará que los cuidados sean más rápidos. Es destacable que esta es una enfermedad realmente grave y puede ocasionar la muerte si no es atendida adecuadamente.

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