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Enfermedades

ELA: una enfermedad rara y silenciosa

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La llamada ELA o esclerosis lateral amiotrófica, enfermedad de Lou Gehrig, es una enfermedad neurodegenerativa.

En esta enfermedad las células nerviosas (neuronas) motoras se desgastan o mueren y ya no pueden enviar mensajes a los músculos. Con el tiempo, esto lleva a debilitamiento muscular, espasmos e incapacidad para mover los brazos, las piernas y el cuerpo.

La afección empeora lentamente. Cuando los músculos en la zona torácica dejan de trabajar, se vuelve difícil o imposible respirar.

Índice

  1. ¿Cuáles son las causas de la ELA?
  2. ¿Cuáles son los factores de riesgo?
  3. ¿Qué síntomas presenta la ELA?
  4. ¿Cómo puede diagnosticarse esta enfermedad?
  5. ¿Cómo se trata la enfermedad de ELA?
  6. Expectativas de los enfermos de ELA

¿Cuáles son las causas de la ELA?

La ELA afecta aproximadamente a 5 de cada 100,000 personas en todo el mundo.

Uno de cada 10 casos de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) se debe a un defecto genético. En la mayoría del resto de los casos en los que se presenta la enfermedad se desconocen las causas.

Tener un familiar que presente una forma hereditaria de la enfermedad es un factor de riesgo de ELA.

Investigaciones recientes han descubierto distintas causas posibles de la ELA:

¿Cuáles son los factores de riesgo?

Los factores de riesgo establecidos para la ELA comprenden los siguientes:

Hay factores del entorno que pueden desencadenar la ELA:

¿Qué síntomas presenta la ELA?

Los síntomas principales aparecen hasta después de los 50 años, aunque también pueden empezar en personas más jóvenes.

Las personas que padecen de ELA tienen una pérdida de la fuerza muscular y la coordinación que con el tiempo empeora y les hace imposible la realización de actividades rutinarias.

La debilidad puede afectar primero los brazos o las piernas, o la capacidad de respirar o deglutir. A medida que la enfermedad empeora, más grupos musculares desarrollan problemas.

No afecta los sentidos de la vista, el olfato, gusto, el oído ni al tacto. La mayoría de las personas es capaz de pensar como lo hace normalmente aunque una pequeña cantidad presenta demencia.

La debilidad muscular comienza en una parte del cuerpo, como el brazo o la mano, y empeora lentamente hasta que conduce a lo siguiente:

Otros síntomas

También los pacientes que padecen ELA pueden sufrir:

¿Cómo puede diagnosticarse esta enfermedad?

No hay un examen médico que determine la existencia de ELA durante sus primeros estadios. La mayoría de los casos se da un diagnóstico tardío de la enfermedad.

Resulta habitual realizar varias pruebas para descartar otras enfermedades conocidas y con síntomas similares.

Su doctor lo examinará y podrá interrogarlo acerca de los síntomas y su historia clínica. Cuando al paciente se le realice el examen físico puede mostrar:

¿Qué exámenes se recomiendan?

Pueden hacerse varios exámenes al paciente que sospecha que pueda tener ELA y comprenden:

 

Stephen Hawking un físico muy conocido padecía ELA

¿Cómo se trata la enfermedad de ELA?

Es necesario aclarar que la enfermedad no tiene cura pero si se pueden realizar algunos tratamientos para mejorar la calidad de vida del paciente. No afecta a todos los pacientes del mismo modo ya que puede brotar en distintos puntos del sistema nervioso.

Los tratamientos aconsejables son:

Tratamiento farmacológico

Se suelen administrar baclofeno o diazepam para controlar la espasticidad (rigidez muscular) y el trihexifenidil o amitriptilina para ayudar a deglutir.

También se recurre al riluzol, un medicamento de eficacia probada para paliar determinados síntomas.

Fisioterapia

Suelen realizar fisioterapia y ejercicios de rehabilitación para afrontar la debilidad muscular y los problemas respiratorios. Si los problemas de movilidad son muy graves, se proporcionan dispositivos como una silla de ruedas eléctrica para facilitar la movilidad del paciente.

Ayuda psicológica

Es muy importante tanto para el paciente como para entorno que le rodea. El deterioro progresivo del enfermo pueden ocasionar frustración e incluso depresión.

Expectativas de los enfermos de ELA

Los pacientes que poseen ELA pierden progresivamente la capacidad de desenvolverse o cuidarse. La muerte a menudo ocurre al cabo de 3 a 5 años después del diagnóstico.

Se estima que 1 de cada 4 personas sobrevive por más de 5 años después del diagnóstico. Algunas personas viven mucho tiempo más, pero normalmente necesitan de un respirador artificial u otro dispositivo.

Las posibles complicaciones incluyen:

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