Difteria: Síntomas y causas

La difteria  es una infección que ataca las membranas que se encuentran en la nariz y garganta. Es una infección aguda que se contagia con enorme facilidad atacando todo el sistema respiratorio manifestándose una película blanquecina que evita que el paciente respire normalmente causando dificultad.

Esta enfermedad puede generar una inflamación en el musculo cardiaco, así como ocasionar daños al sistema nervioso. Dos condiciones que fácilmente pueden llevar  a la muerte si no son tratados a tiempo. En la actualidad esta enfermedad se ha logrado erradicar de muchos países en el mundo gracias a la colocación de vacunas en contra de esta.

Síntomas comunes de la difteria

Los síntomas generales que presenta esta enfermedad son la inflamación y cambio de color en la membrana que recubre toda la zona de la nariz y la garganta. Causando grave dolor y ronquera que no permite emitir sonido alguno. Uno de los signos por los cuales se puede diagnosticar es por la inflamación de los ganglios linfáticos en la zona del cuello.

Es común que el paciente sienta mucha dificultad para respirar o agitación al hacerlo. Así mismo, se puede presentar una fuerte congestión nasal  y en algunos casos una secreción purulenta. Es posible que haya malestar general, muchos escalofríos y temperaturas altas en el cuerpo.

Es preciso acotar que existen casos en los cuales la enfermedad se encuentra presente en algunos organismos y no desarrolla algún tipo de síntomas. Estas personas son llamadas portadores de difteria ya que igualmente la pueden trasmitir a otros. Con la salvedad de que ellos no la padecen.

Causas por las que se origina la difteria

La difteria se origina por una bacteria llamada Corynebacterium diphtheriae la cual se propaga y se instala principalmente en las vías respiratorias. Su forma de propagarse es por medio de las gotas de secreciones tanto nasales como bucales. Lo que quiere decir que una persona cuando estornuda o tose transmite la enfermedad de forma inmediata. Sobre todo cuando se trata de sitios cerrados con muchas personas presentes.

De igual modo, podría adquirirse la enfermedad si se tiene contacto con objetos que hayan sido manipulados por una persona infectada. El uso de los mismos cubiertos o vasos, así como, utilizar el mismo pañuelo en donde haya secreciones infectadas.

Esta enfermedad podría en algunos casos adquirirse si se entra en contacto con alguna herida que se encuentre infectada. Sobre todo si la persona que ha estado expuesta no tiene las vacunas correspondientes. Es muy extraño que se pueda propagar la enfermedad por medio de artículos del hogar o del medio común, como mesas, utensilios, entre otros.

¿Cómo puedes prevenir esta enfermedad?

La manera correcta de prevenir el contagio con esta enfermedad es colocarse los cuadros básicos de vacunas tanto en la infancia como las dosis de refuerzo a posterior en la niñez. Comúnmente la vacuna de la difteria suele combinarse con otras vacunas como la tos ferina y el tétanos. Incluso en adultos esta vacuna se puede reforzar.

Este plan de vacunación debe cumplirse en los primeros meses de vida, específicamente de tres dosis a los dos meses, cuatro meses y seis meses. Al momento de colocarla se podrían desarrollar algunos efectos colaterales, como malestar general y fiebre. Será el médico tratante quien indicara los pasos a seguir luego de la colocación de esta vacuna.

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