A lo largo de la historia del sujetador o sostén, se le ha tenido como una prenda realmente imprescindible para las mujeres. Los senos femeninos se benefician de él, al llevarlos en su lugar exacto, cómodamente y sin complicaciones al andar, correr o realizar cualquier actividad.
Por ello es de gran importancia su buena escogencia y que a su vez cumpla adecuadamente la función para la cual fue creado. No es fácil la tarea, solo por el hecho de las distintas formas anatómicas de las féminas y de su busto. Por ejemplo, hay damas con espalda estrecha y senos grandes, otras con espalda amplia y senos pequeños, otras con el tórax corto.
Todas esas variables determinan las tallas a buscar, además de la copa que contiene a la mama. Pudiendo ser de varias categorías según el volumen del seno, esas son las también llamadas copas A, B, C y D. Al comprar un sujetador es menester probarse varios y con calma para tomar la mejor decisión, con un espejo frontal. Además, con otro espejo que pueda observar el sostén por detrás, ello garantiza que quede justo debajo de las escapulas u omoplatos.
Presión excesiva
Si el sujetador está muy apretado al probarse y ejerce una presión excesiva alrededor del tórax no debe de adquirirse. Ello provocaría lesiones por esa causa en la piel, como enrojecimientos, dermatitis por roce, y molestias en los espacios intercostales, como calambres. De llevarse mucho tiempo, causa dolor localizado alrededor del tórax y en hombros por el ajuste excesivo de los tirantes apretados. También mastodinia o dolor mamario por copas pequeñas que no sean de su talla o que contraigan exageradamente el seno. Otros elementos son que además de ajustado, tenga tejidos que provoquen alergias, como los encajes. Y a la vez, si ese sostén o sujetador posee aros, ellos no deben encajarse nunca en la piel por estar muy ajustado. Se ven afectados además los ligamentos de los pectorales y de los hombros por un sujetador apretado y la circulación local.
Sujetador demasiado holgado
Por otra parte, tampoco es ideal un sujetador muy holgado o flojo, ello afecta a la mujer en varios aspectos también. Por ejemplo, que puedan ponerse flácidos los senos por poco ajuste, igualmente pueden existir rozaduras en piel, por tejidos flojos de la prenda. Un sujetador holgado promueve una forma inadecuada del busto con la ropa de diario, no le brinda sujeción ni lo define en la línea adecuada.
Puede hacer además que los senos se lleguen a salir de la copa con facilidad, sobre todo en los deportes y en la lactancia. Los tirantes son importantes en ese sentido ya que pudieran llevar la responsabilidad de levantar ellos solos el busto afectando los hombros. Por eso, es de vital importancia escoger un sujetador con las características que lo adapten a la usuaria y sus necesidades.
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