Se conoce como una hernia inguinal a la salida o protrusión de las vísceras intestinales de las paredes abdominales. Ésta se puede detectar como un aumento de volumen en la zona de la ingle o el abdomen bajo.
Existen distintas razones por la que se produce una hernia inguinal. Las más comunes son una presión intestinal alta o una debilidad en la cavidad abdominal. Con el paso del tiempo, la hernia puede empeorar, produciendo distintos tipos de síntomas sumamente severos. Es por eso que, a continuación, hablaremos del mejor tratamiento para esta condición.
La cirugía es la mejor opción
La forma más efectiva para corregir una hernia inguinal es a través de procedimientos quirúrgicos. Una cirugía ambulatoria es la más común, a través del uso de anestesia local. El procedimiento conocido como una reparación abierta, consiste en volver a colocar las vísceras dentro de la cavidad abdominal. Luego, se procede a cerrar el orificio utilizando distintas técnicas.
Una de las técnicas utilizadas para cerrar el orificio originado por la hernia inguinal es la herniorrafia. Se trata de coser la abertura de las paredes abdominales, lo cual se realiza en distintos planos de la misma. Por otra parte, también se puede utilizar una malla artificial para sellar el orificio. Este procedimiento es conocido como hernioplastia.
Laparoscopía en hernia inguinal
Otro de los métodos efectivos más utilizados para tratar una hernia inguinal es a través de una laparoscopía. Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, donde se realiza una pequeña incisión para insertar un tubo con una cámara. Para que el médico pueda tener visibilidad de los órganos internos, se utiliza un gas para inflar el abdomen.
Utilizando el mencionado instrumento, conocido como laparoscopio, el cirujano podrá tratar la hernia inguinal con mayor facilidad. Para finalizar con este procedimiento, se inserta una malla resistente para cerrar la apertura de la pared abdominal. El tiempo de recuperación de esta cirugía es mucho menor que el procedimiento anterior.
Fajas Protectoras
Hace algunos años, uno de los métodos utilizados para tratar la hernia inguinal eran fajas protectoras. Esta faja se colocaba encima de la hernia, servía para aplicar presión en la misma y evitar que siguiera creciendo. Este tratamiento era utilizando en los casos que una intervención quirúrgica fuese peligrosa para el paciente.
Hoy en día, este procedimiento no suele ser aplicado, ya que no significa una cura para la hernia inguinal. Además, en algunas situaciones, se demostró que utilizar una faja protectora puede tener resultados negativos. Uno de ellos era que la pared abdominal se relajaba y esto producía un empeoramiento de la hernia.
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