La culpa se puede definir como un sentimiento negativo, una emoción desagradable que todas las personas experimentan en algún momento. Es cuando realizamos algo “malo” y estamos luego arrepentidos de haberlo hecho. Es en ese momento, donde se experimentan sentimientos de frustración, remordimiento o tristeza. El sentimiento de culpa aparece en el individuo, cuando siente dolor por algún daño causado. En ocasiones, este sentimiento no es malo ya que ayuda a obtener mejores relaciones interpersonales. Pues cuando reconoces que has hecho mal y tratas de remediarlo a través de una disculpa liberadora, las relaciones se hacen más llevaderas. El error está, cuando el sentimiento de culpa se impregna en el individuo hasta volverse exagerado y perjudicial. A continuación te contamos cómo afrontarlo.
Situaciones que generan sentimientos de culpa
Desde la infancia, nos educan bajo un conjunto de valores que hacen que desarrollemos consciencia acerca de actitudes. Bien sean malas o buenas. En las cuales podemos incurrir incluso sin intención, pero para otro significa que no lo hemos hecho bien. Allí se generará un sentimiento de culpa, del cual nos podemos liberar cuando se reconoce el mal que hemos hecho. Sin embargo, al tratar de remediarlo, nos liberamos de la carga.
Hay personas que permanentemente suelen castigarse con sentimientos de culpa, y las causas pueden ser las siguientes:
- Continuamente te preocupas por lo que has hecho, si está bien o está mal.
- La pérdida de un ser querido también puede ser causal de culpa.
- Te sientes responsable por el modo de tratar a otras personas pensando que las haz herido.
- Por más insignificante que sea alguna cosa la cual te haya salido mal, la persona la maximiza llegando a sentirse sumamente culpable por lo ocurrido.
- Te sientes responsable del estado anímico de otras personas.
- Rupturas como divorcios en los cuales adoptas sentimientos de frustración y tristeza que llevan a sentirse culpable.
- Las personas muy perfeccionistas, son proclives a generar en si mismo continuos sentimientos de culpa al no lograr esa perfección deseada en lo que se han propuesto.
Cómo afrontar la culpa
Es importante estar conscientes de lo que sucede, y estar claro de que tú y solo tú puedes superar el sentimiento de culpa. Una manera de liberarte de esta emoción, es ofreciendo una disculpa sincera a esa persona amiga, familiar o ser querido al cual siente que has herido. Realizar este gesto te hará sentir liberado.
Además, examina bien la situación en donde te sientes responsable. Pues quizás te estás atribuyendo culpas que no son tuyas. De manera que la persona realmente responsable asuma su culpa, y tú no tengas que llevar el peso que le corresponde a otro. En ocasiones, llevas contigo muchas cargas o angustias acerca de vivencias pasadas de las cuales te sientes culpable. Debes aprender de estas experiencias, liberarte y continuar. Por último, intenta reparar el daño causado y trata de no volver a cometer el fallo.
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