Aprende hoy a prevenir y tratar la contractura cervical, la cual ocurre cuando los distintos músculos que se encuentran a lo largo de las vértebras cervicales se vuelven rígidos.
Además de causar un dolor de intensidad variada también produce mareos y dolores de cabeza.
Esto afecta la cotidianidad de la persona afectada, y puede agravarse de no tratarse.
Debes tener en cuenta que una contractura cervical no es una enfermedad, pero si es señal de que algo no está en su mejor condición.
Índice
Síntomas y causas de Contractura Cervical
Son varios los posibles causantes de la contractura cervical, pero los más conocidos y comunes son:
Sobrecarga de trabajo, no necesariamente trabajos pesados, incluso el trabajo de oficina pueden desencadenar la contractura.
La debilidad muscular, el estrés y las posturas incomodas para el cuello también son causantes comunes de la contractura, así como el uso repetido de los músculos a la hora de ejercitarse de manera poco eficaz.
Los síntomas que se presentan durante la contractura cervical hacen que sea fácilmente identificable.
El principal síntoma y el más preocupante es el dolor en la zona cervical, el cual puede ser esporádico o constante, puede no ser más que una molestia o llegar a ser insoportable.
Otros síntomas comunes son la inflamación de la zona y una sensación de calor, dolores musculares y una sensación de hormigueo.
También pueden sentirse punzadas intensas en el área del cuello de manera espontanea.
Todos los síntomas de la contractura cervical, en la mayoría de los casos, no causan problemas graves y no pasen de ser una molestia, pero no prestarles atención es un error ya que de no ser tratado rápidamente puede conllevar a efectos más dolorosos sobre el cuerpo.
Tratamientos Contractura Cervical
La mejor forma de tratar la contractura cervical es atreves de diversos remedios que ayuden a relajar los músculos de la zona.
La relajación muscular libera la presión en la que se encuentra la columna cervical. Eso, permite sentir un alivio inmediato. La terapia por calor es el método más popular y efectivo ya que el calor relaja los músculos y evita el dolor.
Lo único que se necesita es aplicar calor seco en la zona del cuello durante periodos cortos varias veces al día.
Puedes aplicar este calor seco con una manta eléctrica, o con una bufanda recién salida de la secadora, también puedes calentar alguna prenda de tela con un secador eléctrico y colocarlo en el cuello mientras mantenga el calor.
Otra opción común son los antiinflamatorios, especialmente los naturales como el jengibre o la ortiga.
Ejercicio y estiramiento
El ejercicio diario, especialmente disciplinas como el yoga, es perfecto para tratar las contracturas ya que ayudan a mejorar la postura del cuerpo, fortalecer los músculos y reducir las molestias corporales.
Realizar ejercicios de relajación al iniciar el día y antes de acostarse ayuda a reducir las tensiones diarias a las que normalmente nos vemos sujetos.
Descansos cortos durante la rutina diaria y ejercicios de relajación también aportan a la relajación muscular.
Los estiramientos de cuello y espalda también son perfectos para reducir la tensión en la zona y relajar los músculos.
Mover el cuello hacia adelante y hacia los lados debes en cuando mientras estás en el ordenador permite a las cervicales estirarse.