Actualmente, el uso y abuso de los antibióticos es algo cotidiano y generalizado. Muchas personas cometen el grave error de la automedicación. Desconociendo, que el uso de estos fármacos sin necesidad podría ocasionar la resistencia del microorganismo. Esto ocurre, en el momento que se transforma la bacteria y se torna resistente al efecto de estas drogas. Su correcta prescripción y utilización, puede ayudar a evitar muchas complicaciones de salud, y hasta salvar muchas vidas. En el caso concreto de la azitromicina, es un antibiótico de amplio espectro. Es muy utilizado, para el tratamiento de infecciones bronco respiratorias y gastrointestinales. Así como también, para enfermedades de trasmisión sexual. Conozcamos a continuación, todo sobre la azitromicina.

¿Qué es la azitromicina?

En el caso de la azitromicina, constituye un antibiótico de amplio espectro de acción, perteneciente al grupo de los macrólidos. Por esta razón, actúa contra una variada gama bacteriológica del tipo grampositivas y gramnegativas respectivamente. Su efectividad ha sido probada también, contra otras bacterias tales como: la mycobacterium avium complex y la mycoplasma pneumoniae, causante de la neumonía. También, contra la Chlamydia.

azitromicina

Uso y facultativo médico

El uso e indicación de la azitromicina, se faculta con el fin de contrarrestar un determinado tipo de infecciones bacterianas y afecciones bronco respiratorias. Como bronquitis y neumonía, infecciones en el aparato auditivo, pulmones, garganta y piel. Incluso, en los senos nasales. También, es recetada para enfermedades de transmisión sexual como la clamidia e infecciones en los órganos reproductivos. Se receta además, para prevenir la infección por Mycobacterium Avium, un tipo de afección pulmonar que ataca a pacientes con VIH.

azitromicina

Por tanto, este antibiótico detiene el crecimiento y proliferación de la bacteria en el organismo. Asimismo, no causa afecto alguno en el combate contra resfriados e afecciones virales como la influenza. El uso de este fármaco u otro similar de forma innecesaria, aumenta el riesgo y la vulnerabilidad de contraer a futuro infecciones. También, puede ocasionar que la bacteria se resista a la acción de cualquier otro antibiótico suministrado.

Contraindicaciones

Por lo general, no se presentan manifestaciones, efectos adversos graves o complicaciones tras el uso terapéutico de este medicamento. Por tanto, podemos asimilarlo y tolerarlo favorablemente al igual que los otros macrólidos. No obstante, algunas veces causa algunos malestares menores como vómitos, nauseas, flatulencias y/o diarrea, cólicos o dolores en la región abdominal.  En raras oportunidades, tiende a elevar las enzimas hepáticas, lo cual no ocasiona ni tiene trascendencia médica hospitalaria.

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Sin embargo, a pesar de representar un fármaco muy seguro, no debemos auto administrarlo. Tampoco es recomendable, para pacientes con padecimiento de enfermedades o afectaciones hepáticas. Tales como la hepatitis o cirrosis, puesto que puede generar toxinas que en ocasiones afectan al hígado. No se aconseja además, en pacientes con padecimiento de miastenia gravis. Ni debe administrarse durante el embarazo, o durante el período de lactancia.