El abuso verbal de una persona a otra se manifiesta de varias maneras, algunas son los gritos, gestos agresivos y descalificaciones. Debemos estar atentos a los síntomas de abuso verbal para no permitirlo. En algunas relaciones de pareja se evidencian manipulaciones, malos tratos generales, no necesariamente físicos y por añadidura agresión verbal. Se usan descalificativos para aminorar intelectualmente y por su físico al otro. Ello constituye un abuso verbal.
De padres a hijos también existe, en la preferencia por un hijo más que por otro, suceden celos, comparaciones y abuso verbal. Es clásico que se tilde a un hijo de flojo, de menos capaz, o de torpe y esas palabras hacen un daño inimaginable. De forma que en las comunicaciones que vemos a diario, evidenciamos ejemplos de personas que usan su fuerza emocional y de palabra. Con el objeto de desconectar al débil de su realidad o simplemente manipularlo con la palabra, todo eso es abuso verbal.
Sentir culpa por todo
El abusador verbal también lo puede ser incluso en un tono más cadente, irónico y no necesariamente con gritos. Con estas actitudes es lógico que expresa su propia baja autoestima, culpando de detalles insignificantes a su víctima que mantiene intimidada. Es común que las acusaciones sean graduales y que crezcan con el tiempo, provocando interrogatorios y destruyendo la seguridad del afectado. En la medida que avanza el abuso verbal, es común que la víctima comience a dar explicaciones por todo, con temor y culpa. Lo peor es que quizás nunca acabe de satisfacer a su victimario y se dan consecuencias psicológicas graves.
El abuso verbal produce irritabilidad
El ser constantemente descalificado, humillado, vivir con miedo, inseguridades y sometido a gritos e ironías provoca estados de irritabilidad. La salud emocional afectada provoca descalabros en la salud física. Existen síntomas claros de abuso verbal en las personas.
Los síntomas de taquicardia, cefaleas, temblores, frialdad, hiperventilación, boca seca, diarreas, insomnio, ansiedad y depresión son comunes en personas abusadas. Con el tiempo estos síntomas pueden llegar a desarrollar un verdadero ataque de pánico, generando en los afectados conductas asociales.
Sentir miedo e intimidación
El estar en presencia de un acosador en forma verbal o de abuso verbal es sinónimo de miedo. La actitud de intimidación que ejerce la persona sobre otra le potencia las inseguridades sobre ella misma y sus capacidades. Si una persona causa en alguien molestia, tristeza o cambia su estado de ánimo es hora de evitarla. Más vale renunciar a amistades, relaciones o trabajos donde ese sea el patrón de convivencia de un abusador verbal con otros.