La reflexología podal, es una técnica ancestral cuyo uso terapéutico llega hasta nuestros días de la mano de inminentes investigadores como el Dr. Fitzgerald  y el Dr. Bowers. Es a partir de dichas investigaciones que el fisioterapeuta Eunice Ingham, configura los primeros mapas de reflexología podal, constituyendo los estudios del Dr. Fitzgerald. El punto de inicio, de los próximos descubrimientos y adelantos en la aplicación de dicha terapia. Aunque no es una técnica terapéutica reconocida oficialmente, son muchísimos los terapeutas que han obtenido su diploma o especialidad. Y que se dedican hoy día, a aplicarla obteniendo maravillosos resultados y beneficios. Conozcamos más sobre la reflexología para nuestros pies.

Reflexología para nuestros pies

¿Qué es la reflexología podal y cómo se aplica?

Consiste en una terapia realizada con las manos, con el propósito de reencontrar el equilibrio de nuestro organismo. Para ello, se llevan a cabo una serie de masajes, a partir de las denominadas zonas reflejas ubicadas en la planta de los pies. Dichas zonas, son áreas determinadas que tienen correspondencia con cada una de las partes. Por ejemplo, extremidades, órganos y grádalas de nuestro cuerpo. Cabe destacar que al igual que en los pies, también se aplica la misma técnica a partir de las zonas reflejas de las manos. Usando los mismos principios y métodos.

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Correlación con los órganos

La terapia, se realiza a partir de la presión con la punta de los dedos de las manos en determinadas zonas de la planta de los pies. Allí, se encuentran los puntos reflejos conectados a los nervios periféricos del sistema nervioso central. Los cuales a su vez, se interconectar con los distintos órganos y partes del cuerpo. Finalmente, cabe resaltar que esta súper terapia es apta para cualquier persona de cualquier edad. Además, es apropiada para sanar y tratar cualquiera que sea la patología, siendo el estrés la más atendida.

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Una sesión de reflexología para nuestros pies paso a paso

Si bien hoy existen especialistas para llevar a cabo las terapias con esta técnica ancestral, te explicamos cómo se realiza una sesión de masaje paso a paso.

  1. Se masajea toda la zona del pie, aplicando en su superficie un tanto de crema o aceite esencial. A esto, puedes añadir algunas gotas de lavanda o eucalipto para ayudar al proceso de relajación del individuo.
  2. Posteriormente, se presiona gradualmente con los pulgares el tejido, realizando movimientos circulares para masajear la zona central de la planta de los pies. Debajo de los metatarsos, y extendiendo hacia los laterales. Con el propósito, de eliminar y aliviar la tensión acumulada durante el día, estimular la función renal y relajar el diafragma.
  3. Continuar con los movimientos circulares, hacia la zona superior de los pies. La idea es ir abriendo los metatarsos, hasta llegar a la zona de los dedos con el objeto de aliviar cualquier dificultad respiratoria. Seguidamente, continúa masajeando los dedos uno por uno, comenzando por la raíz hasta llegar a la punta, haciendo un mayor énfasis en el dedo gordo. Ya que, este conecta con la zona de la cabeza aliviando el estrés y la cefalea.

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