Los dolores de espalda son muy frecuentes y en la gran mayoría de los casos se los han adjudicado a la hernia discal. Sin embargo, solo un 2% de los dolores de espalda son producidos por una hernia discal. Uno de los sitios más frecuentes de aparición es en la región lumbar. En un 95% de los casos se registran en la región lumbar.
¿Qué es una Hernia Discal?
Es una alteración que se produce entre los discos vertebrales. Eso es producto de la salida de lo que está contenido en el interior del disco vertebral hacia el exterior. Esto ocasiona la compresión de partes sensibles como las raíces nerviosas proporcionando dolor en el área de la lesión.
Sabemos que las vértebras forman la columna vertebral y éstas se encuentran separadas por discos cuya función es amortiguar la columna vertebral. Estos dejan un espacio entre las vértebras cuya presencia permite que se pueda realizar el movimiento entre las vértebras. Gracias a ello nos podemos estirar y flexionar.
Cuando aparece la hernia discal, el disco intervertebral tiende a salirse de su sitio habitual. También puede romperse causando una distensión. A este fenómeno se le conoce como hernia.
Asimismo, es posible que se produzca presión en los nervios raquídeos, lo que provocaría dolor y debilidad.
Causas de una Hernia Discal
Las causas que ocasionan una hernia discal son múltiples ellas se asocian con factores de riesgo que aumentan las probabilidades de padecer esta dolencia.
La principal es por daño de los discos vertebrales que pueden ser producidos por:
- Deterioro progresivo por el paso del tiempo en la articulación.
- Traumatismos o movimientos bruscos.
- Actividad física repetitiva como extensión y flexión a nivel del tronco: sobre todo por los que practican deportes o profesionales en el área deportiva.
- Exceso de peso.
- Debilitamiento a nivel muscular específicamente alrededor de las vértebras lumbares.
- Patologías congénitas.
- Realizar esfuerzo físico inadecuado es una causa principal de que se produzca una hernia discal.
Existen otras causas secundarias capaces de provocar problemas funcionales a nivel de vísceras, el estrés del trabajo o emocional de manera continua.
Los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo también son capaces de contribuir a la larga con una hernia discal.
El envejecimiento es una causa importante ya que los discos de la columna pierden elasticidad y, por consiguiente la flexibilidad. Debido a esto los ligamentos que se ubican alrededor de los discos se debilitan y pueden romperse con más facilidad. Esto puede dar origen a lo que se conoce como radiculopatia o mielopatia (compresión de la medula espinal) produciendo mucho dolor.
La afección de la hernia discal se debe a la compresión de los nervios que se encuentran rodeados por el núcleo pulposo derramado. La hernia discal aparece lentamente en semanas o meses hasta donde se hace evidente la sintomatología y se requiere asistencia médica especializada.