El aceite de palma es uno de los más utilizados en todo el mundo. Se lo suele encontrar en alimentos procesados y también se lo usa en productos cosméticos, pero los nutricionistas no lo recomiendan a la hora de seguir una dieta equilibrada.
Es importante saber que no todos los aceites y grasas vegetales son iguales y sus efectos sobre la salud de los consumidores también son bastante diferentes.
Mientras algunos tienen un perfil saludable y son recomendables para una buena salud, otros tantos están asociados al incremento del riesgo de padecer diversos trastornos nada deseables.
¿Qué es el aceite de palma?
El aceite de palma y sus derivados se obtienen del fruto de la especie Elaeis guineensis, conocida como palma africana o aceitera. Su origen es del continente africano se introdujo de forma masiva en el suroeste asiático a principios del siglo XX
Más allá de sus usos alimentarios, los derivados del aceite de palma también se emplean en la industria de la cosmética –con él se elaboran cremas, pasta de dientes o jabones– y en la producción de biodiesel.
En cuanto a sus usos para consumo humano, se lo se puede encontrar en una amplia variedad de platos preparados, helados, salsas, margarinas, galletas, bollería, pizza, chocolates, confitería en general, aperitivos dulces y salados, palitos de pan, etcétera.
¿Cuáles son sus efectos?
Aunque parezca que como muchos otros aceites son buenos para nuestra salud, no es así. Y esto se debe a que desde el punto de vista nutricional no es una opción saludable, ya que se trata de un aceite muy rico en grasas saturadas (en torno a un 50%).
Este tipo de grasas que contribuyen a aumentar los niveles de colesterol, provocando la obstrucción de las arterias, lo cual conlleva problemas coronarios.
¿Qué dicen los estudios científicos?
También hay estudios científicos que relacionan el consumo de aceite de palma con el cáncer. Estas investigaciones aseguran que cuando el aceite de palma se calienta a más de 200ºC en procesos industriales produce ácidos grasos con la capacidad de modificar el ADN y provocar cáncer.
Más allá de los problemas que traen a la salud también su uso masivo ha provocado un problema ecológico. Su demanda creciente por parte de las grandes corporaciones está impulsando la destrucción y deforestación a gran escala de selvas tropicales en lugares como Malasia e Indonesia.
Apoyando esta teoría el Parlamento Europeo ha aprobado en abril de 2017 un informe que identifica el aceite de palma como una de las principales causas de deforestación.