La micosis fungoide es un tipo de trastorno cutáneo no contagioso, siendo uno de los linfomas cutáneos más frecuentes. Se caracteriza por la propagación de los linfocitos tipo T, los cuales aparecen como pequeños brotes enrojecidos en la piel.

Actualmente, no se conoce una causa específica de la aparición de esta infección cutánea. Pero, se cree que la micosis fungoide tiene bases genéticas e incluso hereditarias. Además, normalmente afecta a los individuos mayores de 50 años, siendo poco común en edades menores. A medida que avanza esta enfermedad, los pequeños tumores pueden afectar algunos órganos. A continuación, vamos a conocer los síntomas y el tratamiento de la micosis fungoide.

Síntomas

Los primeros síntomas de la micosis fungoide se presentan de forma repentina, por la aparición de pequeñas lesiones cutáneas. Éstas se presentan como una descamación rojiza de la piel, la cual puede causar picazón en la zona afectada. A medida que la evolución evoluciona, se presentan otros síntomas asociados a este trastorno, similares al Síndrome de Sézary.

Cuando los síntomas de la micosis fungoide evolucionan, estas descamaciones se vuelven más palpables. A su vez, los bordes de las mismas se vuelven mucho más delimitados, con un color rojizo más ligero. Más adelante, estas placas se convierten en pequeños nódulos dentro de la piel, los cuales poseen una forma delimitada. Es posible que éstos se propaguen hacia los ganglios linfáticos, así como algunos órganos, afectando la piel en formas diferentes.

micosis fungoide

Síntomas de la micosis fungoide

Diagnóstico de la micosis fungoide

Entre los primeros diagnósticos que se deben realizar para poder determinar este trastorno, se debe realizar un examen físico. A través del palpado de la zona afectada, el médico puede determinar la formación y la profundidad de los nódulos. A su vez, se podrán determinar si la micosis fungoide ha afectado los ganglios linfáticos.

También es posible realizar una biopsia cutánea, con la cual se deberá tomar una muestra de la zona afectada. Esta prueba podrá determinar si las células de la micosis fungoide poseen características cancerígenas. Dichas muestras serán llevadas a un laboratorio para ser analizadas. De esta manera, se podrá determinar qué tipo de linfoma posee el paciente, para poder realizar el diagnóstico correcto.

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Diagnóstico

Tratamientos necesarios

Luego de realizar el diagnóstico, el médico especialista puede recurrir al tratamiento necesario para la micosis fungoide. Normalmente, se pueden realizar una fototerapia, con la cual se expondrá al nódulo a una luz ultravioleta. Además, la exposición de estos nódulos a la luz solar y el uso de corticoides tópicos también son sumamente efectivos.

El uso de la radioterapia también ha resultado tener cierto éxito para combatir la micosis fungoide. El uso de electrones puede ayudar a eliminar cualquier célula cancerígena producida por los linfocitos tipo T. Además, esta terapia se puede aplicar en áreas específicas del cuerpo, sin causar daños a ningún órgano de nuestro cuerpo.