La epilepsia consiste en un trastorno neurológico producido por un aumento en la actividad eléctrica neuronal en una determinada zona cerebral. El individuo afectado, tiende a sufrir convulsiones o a realizar súbitos movimientos corporales de forma descoordinada y sin control alguno de manera reiterativa. Esto se denomina ataque epiléptico. Para determinar si alguien es epiléptico o no, los ataques deben repetirse con frecuencia. Es decir, deben darse de forma recurrente. A continuación, te damos más detalles sobre esta enfermedad, sus tipos y tratamientos.

Detalles sobre la epilepsia

El trastorno, debe su origen a un conjunto de repentinos cambios breves en la función cerebral. Sin embargo, no es contagioso ni está ocasionado por ninguna afectación de salud ni por la condición de retardo mental. Aunque, algunos pacientes con dicho síndrome de retardo mental, puedan sufrir estos ataques. Lo que no significa en absoluto, que los que sufren de estos ataques, tiendan a desarrollar o desarrollen una condición de deficiencia o retardo mental.

El individuo afectado, tiende a sufrir convulsiones o a realizar súbitos movimientos corporales de forma descoordinada y sin control alguno

Tipos de epilepsia

Los ataques epilépticos, representan cada uno un conjunto de síntomas visibles en el paciente. De los cuales, se han llegado a determinar más de 30 tipologías conocidas. Sin embargo, se pueden dividir en 2 grandes grupos: los ataques o crisis focales y los ataques o crisis generalizadas.

Ataques epilépticos parciales o focales

Se inician en una zona determinada del cerebro, y se manifiestan de múltiples formas y maneras:

  • Ataque parcial simple: El individuo no pierde la consciencia y sufre alteraciones motrices, alteraciones de la vista, auditivas y de la memoria. Entre otros síntomas que se visibilizan.
  • Ataque parcial complejo: El paciente sufre pérdida parcial de la consciencia. También podría parecer estar en trance, tendiendo a realizar un movimiento repetitivo en varias oportunidades. 2/3 de los pacientes presentan este tipo de ataque.

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Ataques epilépticos generalizados

Este tipo de ataque o crisis comienza de forma simultánea en toda la corteza cerebral provocando la pérdida de la consciencia. Puede manifestarse de diversas maneras:

  • Ataque de ausencia (antiguamente llamada Pequeño Mal): Hay pérdida del conocimiento en el ataque, y el individuo aparenta mantener la vista fija en un punto. Es más frecuente en pacientes infantiles.
  • Ataques o crisis mioclónicas: Se visualizan sacudidos súbitos y repentinos de un grupo de músculos o de todo el cuerpo del individuo que presenta el ataque.
  • Crisis tónica: Presencia de rigidez en todo el cuerpo.
  • Crisis atónica: Manifestación de flacidez en todo el cuerpo y la persona se desploma al suelo.
  • Ataque generalizado tónico-clónico, convulsivo, (llamado antiguamente Gran Mal): Hay pérdida de la consciencia y el cuerpo del paciente se pone muy rígido, cayendo al suelo sacudiéndose repetidamente de atrás hacia adelante y viceversa.

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Tratamientos para la epilepsia

Farmacológico

Es el tratamiento básico de cualquier paciente diagnosticado, e incluye todas las drogas denominadas antiepilépticas. Estas, se administran con el propósito de inhibir las apariciones de los ataques o crisis con la menor incidencia posible de efectos secundarios. Su efecto, se dirige a restablecer el equilibrio químico de la actividad neuronal. Al ser ingeridos con regularidad se pueden minimizar, controlar y hasta hacer desaparecer los síntomas en su totalidad. Siendo efectivas entre el 70 al 80% de los casos.

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Cirugía

Se recurre a ella, luego de haber administrado el tratamiento farmacológico sin mayores resultados positivos. Con ésta, se aspira detectar y eliminar la alteración neuronal responsable del ataque epiléptico. Ocasionando así, el menor daño posible al cerebro. Existe la probabilidad además, que la intervención sea necesaria para eliminar una patología responsable de la crisis, como puede ser el caso de un tumor cerebral.

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Dieta cetógena

Este tipo de tratamiento persigue el propósito de coadyuvar a controlar y minimizar los ataques a partir de un régimen alimenticio especial. Este, provoca cambios químicos en el cuerpo del paciente. Es sumamente utilizado para pacientes infantes, y su contenido kilo calórico se basa en alimentos con alto contenido graso y pocas proteínas. También, se trata de obviar el consumo de carbohidratos en lo posible. Su finalidad no consiste en el control del peso. Se trata que en el suministro de alimentos que ayuden a controlar y regular los ataques de epilepsia.