La enfermedad de Darier es un extraño padecimiento que ataca a pocas personas, se trata de una afección que no es para nada común. Este padecimiento se describe como un problema que ataca directamente la piel del paciente. Hace que salgan eccemas y ronchas con una gran cantidad de pus, lo que da paso a una infección a gran escala. Esta enfermedad fue descubierta por el dermatólogo Ferdinand-Jean Darier quien determinó todo el cuadro de la sintomatología.

Características clínicas de la enfermedad de Darier

Lo primero que tienes que saber es que esta afección ataca por igual tanto a hombres como a mujeres. La etapa en la cual se manifiesta, por lo general, es la pubertad. Como se mencionó anteriormente, es extraño que una persona padezca de este problema, solamente se encuentra a un paciente en 1 entre 30.000 o 1 entre 100.000.

No se sabe a ciencia cierta qué es lo que da paso a esta enfermedad. A pesar de ello, se ha podido determinar que puede tratarse de una descompensación celular que sufre el paciente. Esto es lo que daría inicio a la aparición de ronchas y eccemas en el cuerpo.

La enfermedad de Darier ataca principalmente el pecho, el cuello, la espalda, las orejas y la ingle del paciente, también puede extenderse a otras zonas. Por lo general, la erupción se presenta con un olor característico, la palmas de la mano se vuelven más gruesas, al igual que la planta de los pies.

Enfermedad de Darier

En los días de calor la erupción puede agravarse notablemente, también influyen negativamente la humedad y el calor. Un dato importante es que en casos especiales, como las erupciones en la frente, el sol puede ayudar a combatirla pero no es algo frecuente.

¿Cómo se diagnostica la enfermedad?

Por suerte para los médicos, los síntomas se detectan fácilmente debido a que comienzan a notarse lesiones a nivel de las uñas, la piel y otras partes del cuerpo. También se realizan test genéticos para dar con la afección y así pueden estar 100% seguros de lo que ocurre.

Tratamiento para la enfermedad de Darier

En situaciones donde la afección es grave se utilizan los retinoides. En caso de brotes se administran diversos antibióticos tanto para la piel como otros que se ingieren vía oral. Así es como se logra mantener a raya las infecciones. Uno de los medicamentos más usados durante los brotes son la ciclosporina y corticoides como la betametasona.

Cuando los cuadros de brotes son realmente leves no se administra ningún tipo de medicamento. Lo que se recomienda es evitar los rayos del sol, ropa ajustada, estrés, humedad y calor. En algunas situaciones se recomienda utilizar ungüento para poder disminuir los efectos del brote y combatirlo de manera inmediata.