Cuando estamos expuestos a mucho estrés, el cuerpo experimenta ciertos de síntomas. Uno de ellos, es el agotamiento causado por la fatiga del organismo. No obstante, cada quien experimenta cambios, producto de la entrada de virus y bacterias. Éstas lo debilitan, exponiéndonos a diversos síntomas que detienen nuestro funcionamiento normal. Los síntomas son diversos, pero el más notorio comienza con la aparición de fiebre. Ante esta posibilidad, se debe crear un plan de salud inmediato que consista en ingerir alimentos y vitaminas que contribuyan a fortalecer el sistema inmune que se debilitó. En consecuencia, decimos que tenemos las defensas bajas.
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Sistema inmunitario debilitado: Defensas bajas
Este sistema está conformado por células que combaten las enfermedades del cuerpo evitando el daño del organismo. Cuando se debilita el sistema inmune o mayormente conocido como defensas bajas, se presentan síntomas. Por ejemplo fatiga física y mental, dificultad para coordinar ideas, cansancio y síntomas de resfriado, etc. Una de las principales causas son los cambios climáticos y la exposición excesiva al sol. Además de alimentación no balanceada y con exceso de grasas. También ocurre una baja de las defensas, producto de infecciones en el organismo.
Aunado a estos factores que perjudican al organismo, tenemos el uso de corticoides e inmuno-supresores. Al igual que los medicamentos contra el cáncer o ciertos antiinflamatorios. En el caso de mujeres embarazadas, es notable una baja considerable de las defensas. Debido a las alteraciones hormonales y a los cambios a los que se ven expuestas.
Consecuencias de las defensas bajas
El sistema inmunitario reacciona cuando el cuerpo se siente invadido por entes que pueden destruirlos. Y ante esto, reacciona para alertar al individuo de que algo está pasando internamente. Pero una vez que se debilita, trae consigo ciertas consecuencias que van en detrimento del organismo y por ende del cuerpo.
Existen muchas consecuencias negativas para el organismo si el sistema inmunológico está débil. Una de las más frecuentes es la neumonía y las infecciones virales. También, se presentan infecciones severas, abscesos, hongos en la boca, sinusitis y problemas estomacales. Incluso problemas en la piel, resequedad en los ojos y hasta caída considerable del cabello.
¿Qué hacer para fortalecer las defensas?
Con frecuencia decidimos aumentar las defensas del organismo ingiriendo medicamentos como: polivitamínicos o extractos de las vitaminas. Pero la mejor forma de obtener mejores resultados, es tomando en cuenta una alimentación balanceada y rica frutas y verduras.
Los médicos recomiendan vacunarse para subir las defensas y por último y no menos importante, alejarse de vicios. Proponen además, terapias de relajación y ejercicio físico que mitigue los síntomas de estrés. Mucho ejercicio cardiovascular y una vida más relajada ayudan tremendamente a sobre llevar el estrés del día a día. Dentro de la dieta alimentaria para mejorar las defensas, es importante mencionar que consumir Omega 3, yogur, linaza, soja y antioxidantes de toda índole, es fundamental.
