La cirrosis hepática es una enfermedad causada por el daño progresivo en el hígado, es común que se inflame y cause daños generalizados en el organismo. Esta condición se debe a enfermedades como la hepatitis crónica, el alcoholismo y el hígado graso. Cuando se produce una cirrosis es común que se obstruya el paso de sangre hacia el hígado.

Al momento de que la enfermedad avance puede desencadenar un bazo agrandado y sangrante, así como, un sangrado intestinal. La cirrosis aparece en muchos casos  cuando el daño al hígado ya es  irreversible lo que podría ocasionar la muerte.

Causas de la cirrosis hepática

cirrosis hepática

Muchas enfermedades son las que pueden causar una cirrosis hepática, entre las más comunes se encuentra el alcoholismo, luego vendría la hepatitis viral crónica, aunque finalmente se debe a la acumulación de grasas en el hígado. En algunos casos se debe a la acumulación de hierro en el cuerpo.

Existen otras causas como la fibrosis quística, la enfermedad de Wilson, ocasión en que las vías biliares se encuentren malformadas. Así como, la destrucción de las mismas, aunque podría deberse a un desorden genético, trastornos metabólicos y enfermedades autoinmunes que atacan al hígado.

Formas de diagnóstico en la cirrosis hepática

La manera de diagnosticar esta enfermedad es por medio de distintas aplicaciones de exámenes. Cuando el médico especialista lo indique deberá realizarse el examen que mejor convenga según sea el caso. Uno de los principales exámenes que se realizan son las tomografías computarizada del abdomen.

Así mismo, se aplican ultrasonidos abdominales, resonancias magnéticas y elastografias. Todas estas pruebas hacen uso de equipos especializado para determinar el estado del hígado, unos con mayor precisión que otros. Estas pruebas también podrías incluir otros diagnósticos como biopsias y detección de enzimas hepáticas.

Tratamientos para este tipo de condición

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Esta enfermedad no tiene cura, sin embargo, se puede aplicar un tratamiento para reducir el avance de la enfermedad. En primer lugar se debe tratar la causa que este ocasionando la cirrosis, en el caso del alcoholismo, se debe controlar el consumo de este tipo de bebidas.

En algunos casos si existe una infección se debe tratar con el uso de antibióticos, al igual, que la colocación de vacunas en contra de la hepatitis viral y otros tipos de vacunas para evitar otras enfermedades.

Cuando la condición es más extrema se debe realizar un procedimiento que trata la hipertensión portal que se ocasiona en la cirrosis. Este procedimiento permite que la sangre fluya libremente por el hígado. Algunos especialistas podrían indicar el tratamiento quirúrgico, tratándose de un trasplante de hígado en donde se deba sustituir el hígado que se encuentre dañado.

Es necesario reducir el riesgo de padecer de esta enfermedad, lo cual es posible tomando las medidas adecuadas desde una etapa previa. Se debe tratar de llevar una vida saludable, alimentándose sanamente, realzando ejercicios de manera continua y manteniendo un peso saludable. Adicionalmente si sufres de algún problema hepático lo mejor es no consumir bebidas alcohólicas.