El chantaje emocional, es una forma de manipulación que utiliza las emociones para lograr una respuesta determinada en una persona. Este comportamiento puede darse en cualquier tipo de relaciones, y el fin último es controlar o dominar a alguien. Por lo general, se genera de forma imperceptible. De manera que la persona chantajeada, no logre darse cuenta de que le manipulan. Quienes recurren a este tipo de conductas, son individuos inseguros y de temperamento débil, aunque proyectan lo contrario. De otra forma no necesitaría manipular para lograr sus objetivos. El chantaje emocional es un comportamiento enfermizo, que crea relaciones tóxicas. Estos vínculos pueden mantenerse durante años, sin lograr romperse causando daño.
Chantaje emocional
Tipos de manipulaciones
Existen varios tipos de manipulaciones a las que pueden recurrir los chantajistas emocionales para lograr la dominación. En primer lugar, se encuentran las presiones o amenazas para generar en la otra persona miedo y sumisión. Se le advierte a la víctima de castigos o penas por no acatar una orden o no seguir un comportamiento deseado. Otra forma de chantaje emocional es la culpa, que consiste en generar en la otra persona estos sentimientos. Se le hace creer a la víctima que si no se comporta de determinada manera, es una mala persona.
Otra manera de chantaje, es manipular la situación de forma que el chantajista siempre tenga la razón. Con la intención, de que la víctima sienta una especie de lazo de dependencia. El más sutil de todos los chantajes es el de la promesa positiva. Se ofrece un regalo o algo deseado a cambio de un comportamiento. Es una forma de comprar a una persona y, aunque se crea que no, muchas personas caen en este tipo de chantajes. También se manipula recordando los regalos o todas las cosas buenas que se hicieron o se dieron, de las cuales indirectamente se espera una retribución. De una u otra forma, lo que se busca, es poder controlar a la víctima sin utilizar la fuerza física. Pero sí una fuerza emocional difícil de vencer.
Desmontando la manipulación
Existen cuatro comportamientos claves para no ceder ante un chantaje emocional. En primer lugar, es necesario demostrarle al manipulador que no genera miedo. El poder de un chantajista reside en la debilidad de la víctima, si no despierta temor, pierde absolutamente toda dominación. De la misma forma, es útil demostrar a la persona que ejerce la manipulación que sus chantajes no pueden despertar culpa. Pues cada quien es libre de sus acciones y de manejar sus propias emociones.
En todas las relaciones, hay un principio de reciprocidad intrínseco. Cuando este dar y recibir resulta en exigencia o presión, la relación perdió su naturalidad y se transforma en algo enfermizo. De hecho, cuando un chantaje emocional surte efecto es porque la otra parte también ha permitido, de cierta forma, ser afectado por la manipulación. Es necesario mantener un estado de conciencia para no ceder ante este tipo de comportamientos. Y así, cultivar la responsabilidad emocional.