El autoconcepto: qué es y cómo se forma, un tema muy interesante que puede ser muchas veces confundido con la autoestima. Conoce lo qué es realmente y cómo se va desarrollando.
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El autoconcepto
El autoconcepto se considera como nuestras percepciones individuales de nuestro comportamiento, habilidades y características únicas. Es esencialmente una imagen mental de quién eres como persona. Por ejemplo “soy un buen amigo” o “soy una persona amable”.
A lo largo de la infancia y la adolescencia, el autoconcepto se vuelve más abstracto y complejo y se organiza en una variedad de diferentes aspectos cognitivos del yo, conocidos como esquemas del yo.
Los niños tienen esquemas de sí mismos sobre su progreso en la escuela, su apariencia, sus habilidades en los deportes y otros aspectos.
Cuando nos referimos al concepto del yo, de forma automática pensamos ¿quién soy yo? esta es la forma en que una persona se define a sí misma. Esto demuestra que es importante entender quién eres.
¿Cómo se forma el autoconcepto?
El concepto es desarrollado y mantenido por lo que otros nos dicen y reflexionamos sobre lo que dicen y lo que hacemos. Sin embargo, esto no ocurre de la noche a la mañana, sino que es un proceso que dura toda la vida y ayuda a los adultos jóvenes a planificar su carrera y su futuro basándose en sus habilidades y también sus habilidad personales basadas en su fase crítica durante la adolescencia y el comienzo de la edad adulta. Según Erik Erikson (psicoanalista estadounidense), el «yo» se desarrolla a través de lo que él llama la teoría de a etapa del desarrollo del ego.
Al igual que muchos temas dentro de la psicología, varios teóricos han propuesto diferentes formas de pensar sobre el autoconcepto. Según una de las teorías más conocida que es “la teoría de la identidad social”, el concepto de sí mismo se compone de dos partes clave: la identidad personal y la identidad social.
- La identidad personal: Incluye los rasgos y otras características que hacen que cada persona sea única.
- La identidad social: se refiere a cómo nos identificamos con un colectivo, como una comunidad, una religión o un movimiento político.
El psicólogo Bruce A. Bracken sugirió en 1992 que existen seis dominios específicos relacionados con el autoconcepto:
- Social: la capacidad de interactuar con los demás.
- Competencia: la capacidad de satisfacer necesidades básicas.
- Afectiva: conciencia de estados emocionales.
- Físico: sentimientos sobre el aspecto, la salud, la condición física y la apariencia general.
- Académico: éxito o fracaso en la escuela.
- Familia: qué tan bien funciona uno dentro de la unidad familiar.
El psicólogo humanista, Carl Rogers, creía que había tres partes diferentes del autoconcepto:
La autoimagen, o cómo te ves a ti mismo
La autoimagen de cada individuo es una mezcla de diferentes atributos que incluyen nuestras características físicas, rasgos de personalidad y roles sociales y no necesariamente coincide con la realidad. Algunas personas pueden tener una autoestima elevada de sí mismas, mientras que otras pueden percibir o exagerar los defectos y debilidades que otros no ven.
La autoestima, o cuánto te valoras
Varios factores pueden afectar la autoestima, incluida la forma en que nos comparamos con los demás y la forma en que los demás nos responden. Cuando las personas responden positivamente a nuestro comportamiento, es más probable que desarrollemos una autoestima positiva. Cuando nos comparamos con los demás y nos faltamos, puede tener un impacto negativo en nuestra autoestima.
Ideal yo mismo, o cómo te gustaría que pudieras ser
En muchos casos, la forma en que nos vemos a nosotros mismos y cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos no coincide.