Pensando en la piel de nuestro cutis, es importante que la mantengamos en buen estado, lozana, hidratada y exfoliada, con exfoliantes caseros o profesionales. La piel es el órgano más extenso del cuerpo, nos protege del exterior y da señales claras de la salud en general. Se puede ver afectada por los rayos ultravioletas del sol, puede sufrir extravasaciones de los capilares ocasionando rojeces. La afectan manchas, dilataciones de poros y un sinfín de imperfecciones.

Las células de la piel van subiendo desde la profundidad a la superficie, por el proceso natural de descamación de la misma. Este proceso forma una capa densa de células muertas que hace lucir la piel opaca, mustia, sin brillo, obstruye poros y la deshidrata. Si se mantiene sin limpieza adecuada, sin exfoliación y sus respectivas hidrataciones, la piel envejece prematuramente. Pudiendo ser también asiento de problemas como acné, dermatitis, arrugas y flacidez.

Por ello debemos considerar limpiezas profundas para la piel, bien sea en algún instituto de belleza, o en el hogar. Dichas limpiezas son de fácil aplicación y bajo costo, y podemos aprovechar ciertos productos naturales y sus beneficios. A continuación 5 exfoliantes caseros para la cara.

1. Exfoliantes caseros de bicarbonato de sodio y limón

El bicarbonato se considera un producto con propiedades antibacterianas igual que el limón, la combinación de ambos funciona bien como exfoliante. Aunque pudiera resultar algo agresiva en cuanto a su acción, según los dermatólogos. Con sus gránulos y el jugo de limón se elabora una pasta para aplicar en todo el cutis. Se deja 5 minutos y se retira con agua abundante. El bicarbonato es alcalino, por tanto, lo ideal es hacer esta mascarilla más eventualmente que otras, para evitar resequedad excesiva.

2. Clara de huevo

Exfoliantes caseros

La clara del huevo es rica en albumina, pura proteína de alta calidad para hidratar la piel. Además, posee ácido hialurónico que le suministra firmeza a la piel y efecto lifting. La clara de huevo se aplica directamente en el rostro con un pincel, dejándose actuar al menos 15 a 20 minutos. O bien hasta que esté muy tensa, para luego proceder a enjuagarla con agua tibia.

3. Azúcar y aceite de oliva 

Una de las mascarillas más populares para exfoliar la piel es la de gránulos de azúcar que arrastran impurezas y limpian poros. Y el aceite de oliva que aporta la hidratación y suavidad a la piel por su untuosidad. El aceite de oliva es alto en antioxidantes, es de los más beneficiosos en la naturaleza, y muy apreciado en la dieta mediterránea. Se mezcla en un plato pequeño una cucharadita de azúcar por dos de aceite y se unifican bien, quedando una pasta. Con ella se debe frotar suavemente la superficie del cutis con los dedos, dejando que actúe por 10 minutos. Se retira luego con agua tibia, evidenciando el efecto de limpieza y brillo del cutis.

4. Miel y avena

Exfoliantes caseros

La avena posee efecto antiinflamatorio e hidratante en contacto con la piel, evita hinchazón, enrojecimientos y picazón del rostro. Usada en numerosas recetas y mascarillas de belleza, la avena es combinable con aceites, leche, huevos y con la miel. La miel prodigio de la naturaleza, aclara, hidrata y limpia la piel, combinadas ambas, se sitúan como una receta magistral. La mascarilla consta de mezclar dos cucharadas rasas de avena con un chorrito de miel, debiendo quedar espesa y unificada. Se aplica con pequeños masajes circulares en el rostro y se deja 15 minutos o hasta que se seque bien. Posteriormente se retira con agua tibia para disfrutar de sus maravillosos resultados exfoliantes.

5. Exfoliantes caseros de cáscara de naranja

Exfoliantes caseros

La naranja, fruta de alto poder antioxidante, contentiva de vitamina C, que previene radicales libres y estimula el colágeno, es útil en cosmética. Muchas cremas de marcas comerciales de prestigio la tienen entre sus componentes. La naranja regula manchas, atenúa las arrugas y es regeneradora en quemaduras. Usada en su totalidad, la cáscara le confiere propiedades especiales, y se usa rallándola, esta ralladura se combina con agua o leche. La resultante es una pasta que se aplica en todo el rostro dejándola por 20 minutos, posteriormente, se retira con agua tibia. El efecto lifting instantáneo y la tersura de la piel está garantizada, además de su exfoliación.