En adelante conoceremos los 3 principios de la reciprocidad, ¿sirven para llevar una mejor vida?, por lo que conoceremos de qué se trata y cómo lo podemos aplicar. 

En principio debemos conocer en qué se basa el principio de reciprocidad y cómo influye este en el día a día. Se trata de uno de los principios en los que se habla de la correspondencia de los favores que se dan. Lo que se traduce en el sentimiento de agradecimiento de una persona hacia el gesto de otra.  Incluso cuando este no se ha solicitado. 

¿Cuáles son los 3 principios de reciprocidad? 

La sociedad siempre ha tratado de establecer un orden en cuanto a las maneras de ser agradecidos. De alguna manera esto le aporta al mundo lograr encontrar una sociedad mucho más justa y equilibrada. El grave conflicto se desata cuando esta sociedad es llevada bajo el principio de la reciprocidad  a dominar voluntades.

Es preciso conocer ciertamente cuáles son estos tres principios para lograr que el efecto deseado sea el más positivo. Es por ello que debemos tratar los tres aspectos de manera tal que logre entenderse. Y así lograr un mejor efecto en el estilo de vida basados en este principio

Hechos espontáneos con intención

A lo largo del tiempo se nos ha enseñado que todo favor realizado debía ser devuelto de la misma manera. Siendo una de las premisas y base de la reciprocidad, pero este concepto debe ser tratado de una manera más natural. No se trata solo de un simple canje. 

principios de la reciprocidad

En primer lugar encontramos los hechos espontáneos, los cuales son los que elegimos realizar sin obligación alguna. Lo que se traduce en hechos voluntarios o naturales, los cuales nacen a partir de la humanidad o piedad de un individuo.

En segundo lugar, encontramos la intención con la que se ejecuta este hecho, la cual siempre debe ser espontánea. Siendo esta la base más importante de los principios de la reciprocidad.

El poder de dejar una huella emotiva

Se trata de una devolución porque existe una emoción de agradecimiento, es importante tomar en cuenta la intención para ello. La intuición en la mayoría de los casos nos aporta en gran medida la intención con la que se realiza un favor. Cuando sucede bajo esta acción, esta deja una huella emocional en cada individuo. Es cuando la devolución se efectúa de forma natural y sin mayores obligaciones. 

El acto de reciprocidad no posee medición

Uno de los principios fundamentales es no cuantificar lo que se recibe y de forma obligatoria ofrecer la misma cantidad. En la actualidad es muy común que se mida la cantidad que recibimos para no tener que dar de más. Incluso podemos percibir que los que nos ofrecen es mucho menos que lo que hemos dado, y podemos llegar a sentir irritación por ello.

Lo que puede generar sufrimiento y desaliento, siempre esperando recibir en la misma medida. La reciprocidad no debe ser un motivo para sufrir, no debe basarse en esa premisa, debe ser usado con el fin de generar bienestar.

Así que aplicado de una forma natural y sin medidas, es de este modo que se logrará un estilo de vida más sano y equilibrado. El sexto sentido que todos los individuos conllevan es de mucha utilidad para ello. Y la moralidad con la que lo manejemos será de gran ayuda.